jueves, 27 de julio de 2017

[Serial] Dr. Shim Changmin. Capitulo 7


Celos, celos y más celos. Eso era lo que sentía el Shim menor al ver a su Cassie con aquel paciente '' engreído'' conversando amistosamente con ella, aún más cuando la tocaba o decía alguna palabra aduladora hacia su persona. Y él no hacía más que mirar y retener los deseos abrumantes de sacarle en cara que Cassie era suya y de nadie más. “Si no fuera por el maldito reglamento.” reclamaba Shim  a regañadientes.

Changmin miraba con atención cada movimiento de la chica que en ese preciso momento examinaba a Dante. Ya no aguantaba más, estaba a punto de explotar y debía pensar rápido en como alejarlo de su propiedad.



— Cassie. — Pronunció con seriedad ocultando aquel tono irritado que le estaba carcomiendo por dentro. La chica dirigió de inmediato sus orbes  hacia él.
— ¿Si, Doctor? —Preguntó con una sonrisa divertida.
— Yo terminaré de examinarlo.
— Pero..
— Necesito que me busques unos papeles a la oficina. — Interrumpió frunciendo el ceño. El silencio se hizo presente.— ¡Es una orden! — Se levantó rápidamente pero cuando se disponía a salir Dante le detuvo.
— ¿Por qué no va a buscarlo usted mismo? — Indagó. — Cassie está haciendo su trabajo, perfectamente puedes ir a buscar los papeles, doctor. — Añadió.

【Ƈнαηgмιη】

Su comentario me irritó totalmente. ¿Quién se cree para hablarme de esa manera? Pero si quiere jugar con fuego, así será. Nadie vence a un Shim fácilmente.

Cassie se quedó petrificada ante el agarre del ojiazul.

— Cassie. — Pronuncié con dureza.
— Lo siento, Dante. — Expresó sonriendo y salió de la habitación rápidamente.
— ¿Qué es lo que hace? — Preguntó con un deje de tristeza. Changmin no respondió. El ojiazul se quedó en silencio mientras terminaba de examinarle. — Le gusta. —Mencionó de pronto. — Es por eso que no soporta que ella esté conmigo. — El moreno seguía sin mencionar alguna palabra. — Si no responde es porque es cierto lo que digo.

Me estaba exasperando con sus preguntas, aun así mi semblante permanecía serio, disimulando todo lo que sentía.

— ¿Me va a contestar?
— Estás bien, así que en una semana te operaremos, después de eso podrás marcharte y vivir una vida común y corriente. — Me levanté y caminé hacia la salida.
— Huye de mi pregunta. — Me detuve ante su comentario. — Entonces es cierto, está enamorado de Cassie.
— Eso no es de tu incumbencia. — Respondí sin voltearme y salí de la habitación a paso firme.

...

Caminaba por los pasillos del Hospital sin rumbo alguno, estaba completamente centrado en mis pensamientos, porque recién ahora me daba cuenta de la magnitud de las palabras de Dante…

Entonces es cierto…

Está enamorado de Cassie…

"¿Qué estupideces son esas?"  Pensé formando una media sonrisa.

Una mano agarró con delicadeza de mi bata, me volteé irritado dispuesto a regañar e incluso insultar a aquella persona pero cuando vi frente a mí aquellos mechones castaños y ojos inocentes mirándome con dulzura quedé inmóvil.

— Aquí están los papeles. — Expresó alegre mientras yo aún seguía quieto. — ¿Sucede algo doctor?

Está enamorado de Cassie..

Enamorado…

Aquellas palabras volvieron a aparecer, ahora menos distantes, sólo tenía una interrogante: ¿Podía yo estar enamorado de ella?

— ¿Changmin? — Preguntó — ¿Qué ocurre?
— No puede ser verdad — Susurré.
— ¿Dijiste algo?
— No.
— Ah. — dijo no muy convencida
— Ve a cambiarte. — Le ordené de repente.
— Pero si…
— Nuestro turno terminó hace unos minutos. — Le interrumpí. — Anda, te esperaré a las afueras del Hospital.
— Es-está bien. — Dijo sonrojada.


Caminé hasta mi oficina, me vestí dentro de una pequeña habitación adyacente y salí del Hospital. Tomé asiento en una de las bancas ubicadas frente al recinto y observé expectante la salida. Pude divisar aquella cabellera castaña desde lejos, entonces desvié la mirada. Se acercó a mí rápidamente.

— ¿Tarde mucho? — Preguntó mientras se colocaba un abrigo.
— Demasiado diría yo.
— Eres un mentiroso — Mencionó enfadada.
— Bueno ya tardamos lo suficiente, vamos. — Comenté empezando a caminar.
— Changmin.
— ¿Mn?
— ¿No vas a casa?
— No. — Contesté, ella se quedó en silencio mirando hacia abajo. Me acerqué con sigilo hacia ella y tomé su cálida mano. Se sonrojó al contacto. — Ven.
— Pero tú…
— Eres una tonta. — Le reproché sonriente.
— ¿¡Qué!? — Exclamó enfadada.
— Te esperé porque quiero que me acompañes.
— Changmin…— Susurró
— Vamos. — Ella asintió y se dejó llevar de mi agarre.


Caminábamos por las ya oscuras calles de la ciudad y Cassie iba extrañamente silenciosa.

— ¿Cassie estás bien? — Consulté serio.
— Si. — Respondió en voz baja. Entonces me di cuenta de que miraba fijamente nuestras manos que desde la salida del Hospital no se separaban.
— ¿Te molesta? — Dije empezando a soltar su mano.
— N-no, para nada. — Mencionó estrechando aún más su mano contra la mía. — Solo es…
— Cassie. — Le interrumpí. — Afuera, no me importa si nos ven o no, o lo que diga o piense la gente.
— ¡Changmin! — Exclamó apegándose a mi brazo moldeando un pequeño abrazo. — Tengo frío. — Excusó, me limité a sonreír ante sus palabras y la rodeé con unos de mis brazos.

Está enamorado de Cassie…

Quizás esté en lo cierto.


Entramos al bar Vodka's , mi preferido entre todos los de la ciudad, es tranquilo y en varias ocasiones he venido para relajarme después del trabajo. Nos sentamos frente a un mesón y pedimos unos tragos.

— Changmin ¿Dónde están los baños?
— Ve por ese pasillo, al final encontrarás el baño.
— Vuelvo enseguida.

Recibí el vaso con el Martini que había pedido. Bebí un trago y le dejé en la mesa mientras esperaba a Cassie. De pronto un hombre tomó asiento junto a mí. No le tomé importancia y seguí jugando con el vaso.

— Un wisky doble por favor. — Reconocí su voz de inmediato y me volteé para rectificar que era él.
— Yunho.
— Changmin.
— ¿Nos estás espiando? — Cuestioné serio.
— Yo diría que sólo te estoy observando. — Aclaró.
— Quiero que te largues ahora.
— Mira hermanito. — Dijo serio. — Cassie es sólo un capricho para ti. Me reí de sus palabras
— Tú no sabes nada.
— ¿A caso me vas a decir que estás enamorado? — Su pregunta me tomó por sorpresa.
— ¿Ves?
— Lo único que veo es un puño desfigurándote la cara. — Gruñí.
— No te atreves.
— ¿Lo apuestas? Porque estoy seguro de que ganaría. —Hice una pequeña pausa. — Por segunda vez. — Sonreí victorioso.
— ¿A qué te refieres? — Indagó
— Cassie me eligió, acéptalo te he ganado Yunho, todo lo que has dicho es porque estás celoso.
 — Quizás lo esté Changmin, pero no he perdido la guerra. De lo que estoy seguro es que tú no la amas.
— Quizás lo que siento es amor.
— Por favor, Changmin. — Rió — Eres patético. Le agarré de su camisa
— Haré que te tragues esas palabras. — Y le golpeé de lleno la cara.
— Eres un estúpido. — Expresó Yunho mientras escupía sangre por la boca.

Recibí un golpe en mi estómago, quedando sin aliento, además de imposibilitado para esquivar el siguiente golpe que me dio directo a la cara.

— ¡Tsk! — Gruñí mientras apoyaba mis manos en las piernas.

Recibí y di golpes, hasta dar en el suelo junto a Yunhoi. Quedé encima de él y me dispuse a darle el último golpe.

— Qué es todo es.. — Pero no alcanzó a terminar. — ¡Changmin! — Gritó.

En ese momento me di cuenta de que estaba rodeado por un círculo de personas que observaba la pelea, y de entre ellas estaba ella, Cassie.

— Cassie…— Yunho aprovechó aquella distracción y me propinó otro golpe dejándome casi inconsciente.
— ¡Ya basta! — Gritó con lágrimas en los ojos.

Me levanté con la ayuda de Cassie mientras Yunho se ponía en pie a tientas. Lo que alcancé a ver era como su mirada recaía en Yunho y mostraba decepción. Aquel círculo se rompió y salimos del bar en un completo silencio.

Cuando llegamos a casa saqué unos hielos del refrigerador y me los puse en la cara, para pasar un poco más el dolor. Cassie no me habló en ningún momento y cuando volví al living ya se había marchado. Me recosté en el sofá con delicadeza mientras seguía con el hielo en el rostro.

Sentí que alguien se me acercaba. Cassie se dirigía hacia mí con un botiquín de primeros auxilios en mano.

— Pensé que..
— No digas nada ¿Quieres? — Mencionó sacando los medicamentos.

Empezó a curar mi rostro. Gruñía con el sólo hecho de que me tocara. ¡Maldito bastardo! Después prosiguió con mis brazos y mi torso, tenía unos moretones bastante feos. Terminó minutos después, y me ayudó a llegar a mi habitación.

— Cassie — Pronuncié antes de que se marchara. Se quedó en la puerta. Las palabras no me salieron, hubiera querido darle alguna razón de los hechos pero lo único que atiné a decir fue. —Que descanses.

— Tú también Changmin, buenas noches. — Y cerró la puerta. Después de eso ya no supe de tiempo ni de nada, caí rendido de inmediato.



Desperté cuando sentí mi móvil sonar, me levanté con cuidado, una jaqueca terrible se apoderaba de mi cuerpo. Puse mis manos en la cabeza mientras maldecía a Yunho. Me dirigí al baño segundos después, saqué unos comprimidos que tenía guardados y los tomé junto con un vaso de agua. Serviría para anestesiar un poco el dolor.

Miré mi rostro a través del espejo, tenía algunos rasguños cerca de la barbilla y un poco de hinchazón en la mejilla derecha, nada más. Coloqué algunas vendas en los lugares más comprometedores y bajé a la cocina para desayunar. Cassie aún no bajaba.

Miré el reloj de la pared, 6:05. Aún era temprano y como había tenido un muy mal dormir aproveché de descansar en el sofá.

Minutos más tarde Cassie apareció desde las escaleras.

— Pensé que te tomarías el día libre. — Mencionó ganándose frente al televisor. — Necesitas descansar.
— Lo único que necesito es que te quites de ahí. — Le reprendí, aun así no se movió. — Si no sales te sacaré yo.
— No estás en condiciones como para hacerlo, Changmin.
— ¿Por qué eres tan testaruda?
— ¿Por qué eres tan necio? — Me desafió.
— ¿Sabes? No tengo ánimos de pelear contigo en estos momentos. — Expliqué. Me miró algo indignada
— Pero ayer si tuviste ánimos, ¿verdad?
— Eso no importa.
— Claro que importa Changmin, estabas pelando con tu hermano.
— Él no es nada, no tiene nada que ver conmigo. — Expresé enfadado.
— No entiendo el porqué de sus actitudes.
— No tienes por qué entender nada.
— Claro que sí, me preocupo mucho por ustedes y quiero saber las razones de aquella pelea.
— No hay nada que debas saber.

Se marchó indignada de la casa. Apenas tuve el valor de verla irse. Tenía que entender de alguna manera que no iría detrás de ella para decirle que habíamos peleado por ella, sólo por ella… por más que lo pensara mi orgullo no estaba en tales condiciones como para derrumbarse frente a su persona


— Cassie te ves triste.
— ¿Eh?
— Algo te ocurrió ¿verdad? — Indagó Dante tocando con delicadeza la mejilla sonrosada de la chica.
— No ¿Por qué lo dices? — Dijo tratando de zafarse de la situación.
— A mí no me engañas, bonita. — Se mantuvo en silencio. — ¿Algo relacionado con tu novio?
— ¿Q-qué dices? ¡Yo no tengo novio!
— ¿No? yo con gusto aceptaría aquel cargo. — Cassie rió.
— Alegre te ves aún más hermosa. — Mencionó.
— Dante… — Expresó asombrada. — Gracias.
— Haría lo que sea por verte sonreír, Cassie.
— Bueno… no es mi novio. — Rectificó. — Aún no me lo ha pedido, pero es algo parecido. — Mencionó con tristeza. — Es un tonto. — Dijo enfadada. — Es un hombre disfrazado de idiota- Rieron después de aquel comentario hecho por la joven — Será mejor que me vaya, después vendré a verte.
— Claro, adiós.

...

Cassie caminaba por los pasillos, le había hecho mejor conversar con Dante. Desde hacía una media hora que había empezado su turno y aún no se topaba con Dr. Amargado, quizás era lo mejor.
Al final del pasillo se encontró inesperadamente con Yunho que tenía algunos rasguños en su rostro pero nada más. Estaba vestido formalmente, no con su habitual bata. Las miradas de ambos se cruzaron.

— Cassie, al fin te encuentro. — Se dirigió a ella. — Tengo algo muy importante que decirte, acompáñame por favor.
— Bien. — Dijo siguiéndole. Buscaron un lugar apartado.
— Necesito decirte algo.
— Escucho.
— Desde hace tiempo que he pensado en irme de regreso al Hospital al que pertenecía, el estar con mi hermanito hizo aún más peor nuestra convivencia, pensé que acercándome a él podría recuperar el tiempo que desgraciadamente perdimos en nuestra infancia, resultando todo lo contrario.
— Espera un momento, ¿Qué tengo yo que ver en este asunto?
— Entiendo si esto te resulta un poco extraño, pero… Tú me gustas y quisiera que vinieras conmigo al otro Hospital. — La menor se quedó muda ante confesión del mayor de los Shim. — Sé que quieres a Changmin, pero yo te haría mucho más feliz, sólo dame una oportunidad para probarte que estoy en lo cierto. Changmin solo te traerá sufrimiento, lo conozco. ¿Aceptas venirte conmigo?
— Yunho, yo…
— Cassie no se irá contigo a ninguna parte. — Interrumpió Changmin tomándole del brazo.
— Hermanito, siempre apareces en los lugares menos indicados. — Expresó irónico. — Ella debe elegir, tú no tienes ningún derecho, ¿qué dices Cassie?
— Yo… — Hizo una pausa, mientras los dos hombres le miraban atentamente. — Lo siento Yunho, pero mi hogar y mi carrera están aquí, no puedo irme contigo. — Changmin sonrió
— Entiendo, pero si necesitas cualquier cosa, cuenta conmigo, adiós Cassie.
— Yunho…— Dijo impidiéndole el paso. — Lo siento, de verdad lo lamento.
— No te preocupes, te entiendo perfectamente. — La rodeó con sus brazos mientras los ojos de Cassie relucían más de lo normal por las lágrimas acumuladas.
La escena era muy desagradable para el Shim menor.
— Te quiero.  — Susurró Cassie.
— Yo aún más. — Deshizo el abrazo y se marchó — Nos veremos algún día, hermanito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario