sábado, 13 de mayo de 2017

[Serial] Dr. Shim Changmin. Capitulo 6



Sus labios… Aquellos labios me tenían atrapada e indefensa ante sus bruscos y posesivos movimientos. Y lo peor de todo es que me gustaba y ahora lo sabía… Sabía por qué me dolía tanto ser su juguete, y que me mirara con esa indiferencia característica de él.

Porque…

Lo amo…

Amo a ese frío, amargado y serio Doctor…

¡Por Dios! Esto no me puede estar sucediendo, ¡no puedo enamorarme! ¡¡Y menos de él!! ¡No debo! Mis ojos no podían mantener aprisionadas las lágrimas y empezaron a caer sobre mis mejillas. Me separé con vehemencia.



— ¡No me toques, escuchaste! — Dije dolida — ¡Nunca más! — Y salí corriendo hacia la parte trasera del jardín

【Ƈнαηgмιη】

— Eres un estúpido hermano menor—Pronunció Yunho enojado mientras seguía el camino de la chica.
— ¡Mierda! — Susurró Changmin apretando los puños —¿¡Qué diablos me sucede!? — Dirigió la vista hacia donde había corrido Cassie — ¿Qué me sucede contigo Cassie?- Detuvo por unos segundos más la mirada, ¿Debía seguirla? ¿O quedarse con las manos en los bolsillos?

¡Maldito orgullo Shim!

...

Una mano tocó con suavidad mi hombro, volteé mi rostro para encontrarme directamente con los ojos penetrantes de Yunho.

Yunho…—Pronuncié con mi voz apagada— Él..
— Lo sé Cassie — Dijo tocando mi rostro— Lo vi todo — Entonces le abracé y recibí respuesta de inmediato, ya que sus fornidos brazos me rodearon protectoramente.
— Suéltala — Gruñó una voz intensa y grave. Dirigí mi vista hacia Changmin, el cual se apoyaba en la puerta de vidrio con los brazos cruzados y su ceño fruncido. Estaba molesto.
— Lo siento hermanito — Mencionó Yunho — Pero no te daré en el gusto.
— Necesito hablar contigo, Cassie.
— No tienes nada que conversar con ella — Me atrajo más hacia él — No dejaré que te le acerques.
— Esto no tiene nada que ver contigo.
— Lo tiene Changmin, ella me interesa más de lo que tú crees.
— No me vengas con eso ahora Yunho — Dijo irónico — El papel de héroe no te viene, ¿sabes?. Ahora déjanos solos — Ordenó.
— No.
— Esto es entre ella y yo.
— Déjala.
— Yunho — Pronuncié tímidamente, las miradas de los hermanos se dirigieron directamente a mí, captando su atención completamente — Déjanos solos.
— Cassie, él..
— Por favor — Rogué — Necesito aclarar las cosas de una vez por todas.
— Ya la oíste, vete — Dijo sonriente el hermano menor.
— Llámame cuando me necesites — Pronunció serio mientras me soltaba.

Asentí con la cabeza, y Yunho se fue mirando amenazante a su hermano para después perderse entre la multitud. El silencio reinó por algunos momentos. Me sentía mal, las palabras no salían de mi boca. El valor que alguna vez tuve para mirarle a la cara se había desvanecido en segundos, y el frío viento golpeaba sin compasión mis desnudos brazos, haciendo que el ambiente me fuera más duro de lo normal.

— Cassie — Mencionó en un susurro.

Sus palabras me hicieron volver al mundo real. Y me devolvieron el valor… la fuerza…

— ¿D-de qué quieres hablar? — Murmuré— ¿De qué? — Pregunté un poco más alto — ¿Acaso vienes a refregarme en la cara que caí de nuevo ante ti? — Él se mantenía en silencio — ¡Dímelo… Dímelo! — Empecé a subir el tono nuevamente — ¡Vamos, dímelo de una maldita vez y lárgate! — Grité mientras mechones caían en mi rostro, ocultando el rastro de las lágrimas que había derramado. Sus brazos me atraparon rápidamente.
— Tonta — Susurró a mi oído.
— ¡Suéltame! — Ordené tratando de alejarlo, pero obtenía lo contrario, me apegaba más a su cuerpo.
— No quiero.
— ¿Qué? — Cuestioné incrédula.
— Como oíste — Rectificó — Así que más vale que te tranquilices.
— ¿Qué quieres de mí? — Pregunté inmóvil entre sus brazos.
— Quiero que me contestes con la verdad.
— ¿Eh?
— Te haré dos preguntas — Mencionó — Si respondes a ellas te dejaré ir.
— Está bien, pero déjame.
 — No.
— ¿Por qué?
— Te conozco más de lo que crees y sé lo que sucederá si te suelto, aún más con lo que te preguntaré, quiero rectificar que no me mientas.
— Empieza — Murmuré — Quiero acabar lo más pronto posible.

Me mantuve en silencio esperando su pregunta. Estaba nerviosa, más no lo demostraría frente a él. Ni muerta! Pero el incómodo silencio en el que extrañamente se encontraba me hizo tener un mal presentimiento sobre esto.

— ¿Qué sientes por Yunho? — Preguntó serio. Su pregunta me tomó por sorpresa
—  No puedes preguntarme eso — Reclamé.
— Aceptaste Cassie, no hay vuelta atrás — Replicó — Sólo responde.
— Lo quiero.
— Eso no me basta.
— Entonces hazme la otra pregunta — Le recriminé.
— No me desafíes Cassie, te puede ir muy mal.
— No te tengo miedo.
— Hn, no cambies el tema — Criticó — Ahora contéstame — Ordenó sujetándome firmemente.
— Lo quiero como..
— Mírame — Interrumpió.
— ¿Eh?
— Quiero que me mires.

Hice caso a sus palabras y le miré directamente a sus orbes negros. Esos ojos que intimidaban a cualquiera pero que a la vez me hacían suspirar.

— Lo quiero — Expresé nuevamente, mantener la mirada se me hacía difícil. Él esperaba la respuesta expectante — Como a un amigo — Mencioné en un susurró.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, me presionó con más fuerza hacia él.

— Bien — Susurró — ¿Qué sientes por mí?

Mis ojos se abrieron desmesuradamente, ¿había escuchado mal?

— ¿Qué?
— No te lo repetiré, haz escuchado perfectamente.
— Eso no te interesa — Reclamé.
— No huyas de mi pregunta.
— ¿Para qué quieres saber que siento por ti? — Dije enfadada — No te interesan mis sentimientos en lo absoluto.
— Hn — Pronunció — Responde.

Sus ojos me desnudaban. Mentir, no, no podía frente a él. Salir corriendo, imposible, estaba atrapada entre sus brazos. ¿Rebajarme a decirle la verdad? Jamás, pero mis posibilidades de salir de esta situación disminuían notoriamente.

— No pienses en como zafarte de esta situación Cassie — Expresó altivo — Nada te servirá.
Estaba rendida a sus pies, me tenía inmóvil y con una respuesta en la garganta que no podía dejar salir. Odio ser tan débil ante él.
— ¿Quieres que diga que te quiero? Que a pesar de todo lo que me has hecho te…  — Mencioné dudosa — ¿Amo? — Sus orbes negros parecieron estar sorprendidos pero su tez seria lo ocultaba perfectamente
— Solo quiero la verdad — Pronunció finalmente.
— No Shim.
— Mientes.
 — ¿Entonces si estás tan seguro, por qué me lo preguntas? — Expresé dolida. ¿Cómo podía saber lo que pienso, lo que siento?
— Quiero escucharlo de tus labios.
— Jamás.
— ¿Quieres desafiarme?
— Esto no es un juego — Susurré — ¿Por qué no juegas con otra?
— Porque eres la única mujer que me interesa — Soltó de repente.
¿Interesarle?
— No caeré de nuevo.
— ¿Crees que miento?
— Si — Soltó una pequeña risa.
— ¿De qué te ríes? — Bufé molesta.
— De lo inocente que puedes llegar a ser.
— Libérame de una vez- expresé enfadada — Me cansé de todo esto.
— No me has respondido — El silencio reinó nuevamente. Solo había una solución, y era decir la verdad
—  No quiero quererte ni tampoco amarte de la manera en que lo hago — Salí corriendo de la fiesta cuando aflojó los brazos.

...

Ahora me encontraba encerrada en mi habitación. Con una almohada estrechada entre mis brazos en completo silencio. Me había prometido no volver a derramar ninguna lágrima por él. Y aunque me costara no daría mi brazo a torcer.

Unos minutos más tarde de haber llegado a casa, sentí que la puerta de entrada era abierta. ¿Me había seguido? “Imposible” pensé. Miré inconscientemente por la ventana, pero ya no estaba. ¿Por qué lo buscas? No hay razón para que lo hagas. Decidí sentarme en la cama. En eso la puerta se abre violentamente.

 — ¿¡Qué haces aquí!? — Grité — ¿Vienes a darte dotes de grandeza? — Pregunté irónica — Ya conseguiste lo que querías, ahora vete — Ordené.

Se acercó a mí rápidamente, me tomó de la barbilla e inutilizó mis brazos. Quedando inmóvil nuevamente.

— No te atrevas — Amenacé.
— Guarda silencio — Ordenó — Ahora me escucharás a mí — Forcejeé pero su agarre era perfecto, me sentía encadenada — Aún no consigo lo más importante — Expresó examinando mi rostro.
— Ahora me dirás que soy yo eso tan importante — Expresé irónica — Por favor, ya no creo ninguna de tus palabras — Frunció el ceño irritado.
 — Eres una molestia.
 — Lo sé, ya me lo has dicho en varias ocasiones — Sentía su respiración, sus latidos y tenía que mantenerme fuerte — Aun no entiendo, si me encuentras molesta entonces, ¿por qué no me dejas en paz?
— Ya te lo dije.
— No te creo y nada me hará cambiar de opinión.
— ¿Estás segura? — Cuestionó.
— Si Shim — Me recostó en la cama, cayendo todo su peso sobre mí. 
— Te demostraré lo contrario.
— No me toques.

Acercó sus labios haciendo contacto con los míos. Los saboreó. Mientras yo me mantenía quieta, tratando de no responder a sus deliciosos labios. Pidió acceso dentro de mi boca, más le impedí el paso haciendo que sus besos fueran más violentos. Se acomodó agarrando con una sola mano mis brazos dejando la otra libre para recorrer mi cuerpo.

— No resistirás por mucho tiempo — Advirtió divertido.

Besó mi cuello dejando una serie de marcas a su paso, mientras que con su mano recorría cada rincón de mi cuerpo. Sus movimientos delicados y lentos despertaban sensaciones que nunca había experimentado…

El placer…

El éxtasis…

Y no pude ahogar un pequeño pero audible gemido, momento en que aprovechó para introducir su lengua en un sensual movimiento. Mis sentidos despertaron y no pude negarme. Mi cuerpo reaccionaba con cada movimiento y mi mente empezaba a darse por vencida, empezando a guiarse por el placer que provocaba Changmin en mí.

— No sigas — Supliqué.

— Cassie, sabes perfectamente que no quieres eso — Y siguió explorando con su lengua.

Su mano empezó a bajar el pequeño cierre de mi vestido, descubriendo mi torso. Se deshizo de todo lo que le estorbaba dejándome solo con ropa interior. Pronto desprendió la parte de arriba, descubriendo mis senos. Los acarició con sus suaves y expertas manos para luego morder mis erguidos pezones. El placer corría por mis venas.

Volvió a mis labios donde aproveché de sacarle la camisa que me impedía ver sus torneados músculos. Era perfecto… Sonrió cuando me deshice de la prenda.

Deshizo el beso en un rápido movimiento y se puso en pie dejándome recostada en la cama.

— Con eso me basta — Añadió con prepotencia — Será mejor que te vistas sino pescarás un resfriado.

Estaba anonadada, aún no reaccionaba ni asimilaba lo que había ocurrido momentos atrás. ¡Estuve a punto de acostarme con él!

— Otro día terminaremos — Expresó abrochándose la camisa. Al escucharlo me tapé desesperadamente con los brazos y me paré con dificultad — Vamos ya te he visto, no tienes por qué taparte — Gruñí ante sus palabras. Se dispuso a salir pero antes de eso se me acercó y besó mis labios — Quiero que te quede claro, que desde hoy eres sólo y exclusivamente mía.
— ¿¡Qué!?
— ¿Comprendiste? — Dijo dándome otro de sus posesivos besos — Así que no quiero que te acerques mucho a Dante y te prohíbo acercarte a Yunho — Ordenó.
— No tienes derecho a..
— No te lo estoy diciendo por que sí — Expresó rozando con sus manos mi espalda. Sentí unas pequeñas descargas eléctricas al sentirlo nuevamente — Te lo exijo — Se marchó sonriente, dejándome plasmada.

¿Qué he hecho para merecer esto?

...

Me levanté pesadamente. El despertador sonó sin descanso alguno y le golpeé por interrumpir mi descanso. Dudo mucho que pueda encontrar las piezas que salieron volando. Caminé hacia el baño, me bañé y vestí rápidamente, había recordado todo lo ocurrido de un golpe cuando me miré al espejo y no quería encontrarme a Changmin en este preciso momento. Así que salí audaz de la casa hacia el Hospital.

Llegué al Hospital y me quedé esperando a Changmin frente a la pizarra de operaciones mientras tomaba desayuno. Minutos más tarde apareció con su habitual seriedad. No me habló, ni miró. Su indiferencia era total.

— Vamos — Expresó con las manos en los bolsillos mientras caminaba por los pasillos.

¿Lo de anoche también fue un juego? ¿Cómo puede disimular las cosas tan bien?

Dimos varias vueltas hasta llegar a la habitación de nuestro paciente…

— Buenos días Dante —  Dije alegre.
— Buenos días Cassie — Expresó con una de sus angelicales sonrisas, mientras besaba mi mano.
Changmin gruñó y me miró irritado. ¿Cree que iba cumplir? ¡No tiene el poder para negarme nada!
— ¿Cómo te sientes? — Le pregunté.
— No muy bien, pero tu presencia me ha hecho mucho mejor — El rubor empezó a cubrir mis mejillas
— Te examinaré — No sé pero me estaba divirtiendo mucho, quizás era porque Changmin nos miraba atentos y con una mueca no muy común en él. Los celos….

Escuché su corazón y tomé su temperatura, cada vez que lo tocaba Changmin producía uno de sus característicos gruñidos.

— Estás bien, pero si me necesitas llámame.
—Gracias Cassie — Se acercó y me dio un beso en la mejilla. Mi rubor pareció encenderse más.
— Cassie ya terminaste ahora vamos — Ordenó — Tenemos mucho que hacer.
— Voy — Dije con una mano en la mejilla — Adiós Dante.
— Nos vemos.

Salí de la habitación y seguí a Changmin como siempre. Se dirigía a su oficina. Entramos y cuando se cerró la puerta atrapó mis labios en un rápido beso.

—Cassie.
— ¿¡Qué te pasa!? — Me besó nuevamente y respondí. Era imposible negarse a sus labios.
— Creo recordar que te exigí no acercarte a él.
— Pues fíjate que no la recuerdo — Respondí irónica.
— Entonces te la repito, si no recibirás un castigo— Reí — ¿Qué podría ser? — Expresé irónica — ¿Me vas a encerrar?
— No, terminaremos lo que empezamos ayer — Me sonrojé ante su comentario — ¿O quieres que continuemos aquí? — Me agarró por la cintura, apegándome a su cuerpo.
— Aquí no — Dije entrecortadamente mientras me besaba.
— Entonces cumple — Asentí y me separé rápidamente de él arreglando mi desordenada ropa —¿Cassie, tienes frío? — Preguntó divertido. Le miré con odio, él sabía perfectamente porque estaba usando un suéter con cuello — ¿O acaso quieres esconder algo?
— Maldito.
— Hn, déjame ver — pronunció destapado mi cuello, donde aparecieron unas marcas rojas.
— Es tu culpa — Le regañé.
— Pues no parecías enojada cuando estaba en el acto, al contrario lo disfrutabas.
— ¡Cállate quieres! — Y de nueva cuenta e volvió a atraer hacia el para así besarme apasionadamente.
— Disfrútalo — Dijo entre el beso — Es el último que te daré — Respondí a su beso con pasión, como si necesitara de sus labios para vivir.
— Tenemos que trabajar Changmin.
— Lo sé — Dijo entre el beso.
Por fin nos separamos y salimos de la oficina. Ahora había vuelto el Dr. Amargado. Mejor dicho mi Doctor Amargado.
—  Vamos a Urgencias.
— Hn — Dije copiando su gruñido sonriente. Me miró divertido y seguimos caminando.

La relación Doctor-Interno no estaba permitida Pero Changmin había tomado el riesgo.

Eso me hizo sentir feliz, estaba arriesgando su trabajo por mí…

Sólo por mí…

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