miércoles, 29 de junio de 2016

Otra oportunidad. Capitulo 4




-Flashback-

Cuando me desperté por la noche, casi dos horas después, el miedo a que mis papas se dieran cuenta me hizo salir corriendo colocándome la ropa en el camino, sin siquiera despedirme de él. 

Después, en la seguridad de mi habitación todo lo que quedó fueron sentimientos de desilusión, tristeza y perdida, ni siquiera haber estado con él era un buen recuerdo y no me refería al sexo que había sido más bien confuso con tintes de electrizante locura, era la seguridad de que jamás podría recordar esos momentos con cariño, sin la duda, sin el enojo, sin la deslealtad. 

A fin de cuentas, si él había sido capaz de estar conmigo por hacerme feliz, ¿Dónde dejaba eso los sentimientos por los cuales yo no había podido detenerlo? 

Yo lo había hecho por amor, él por amistad. 

-Fin Flashback-


Tuve que tomar medidas drásticas los últimos tres días: Salía temprano de casa, me quedaba de voluntaria en el periódico por las tardes, lo que Changmin consideraba una bendición y no hacía preguntas por ello. Cuando Junsu llamaba para preguntar si regresábamos a casa juntos, yo le decía que ya estaba ahí, solo para observarlo irse desde uno de los salones. 

Solamente una vez fue a buscarme a mi casa, y por suerte mis padres no estaban, así que elegí no salir. 

Lara sospechaba que algo pasaba y cuando llegó a la clase, hace solo unos minutos, mi amiga estaba segura de ello solamente con verme.

- Tu novio consiguió mi número, ¡y llamó a mi casa! – Exclamó molesta.
- Regularmente así es como funciona, número igual a llamada – Murmuré.
- No te hagas la listilla conmigo ¿Me dirás que está pasando? – Preguntó mirando hacia la entrada del salón, casi podría jurar que le pedía al cielo que el profesor no entrara aun.
- Es solo que no quiero hablar con él, aun no – Conteste alejando la mirada hacia mis manos. 
- ¿Pero tienes pensado hablar con él? – Inquirió.
- Si – Admití mas para mí que para ella.
- ¿Sobre que? – Preguntó.
- Quiero terminar – Admití ante su cara de perplejidad.

Logré escaparme de nuevo de que él me llevara a casa después de la escuela, pero no pude hacer nada con sus llamadas al móvil. 

Después de la sexta estaba a punto de volverme loca. Tomé el celular dispuesta a apagarlo, pero me di cuenta que solo era un excusa para aplazar algo que me dolería demasiado, aunque tenía que hacerlo.

Conteste con las manos temblando un poco. 

-¿Hola? – Murmuró con voz ansiosa al otro lado de la línea.
- ¿Linda? – Siguió en el mismo tono.
- Voy para tu casa, espérame en el porche por favor – Pedí, el solo hecho de entrar otra vez a aquel lugar me llenaba de muchos sentimientos, la mayoría eran demasiados intensos y atemorizantes, un tanto dolorosos.

Junsu iba de un lado para otro al frente de su casa cuando por fin llegue hasta ahí, se detuvo al verme y sin más caminó apresuradamente hacia mí y se detuvo cuando estuvimos a solo un palmo de distancia, pareció dudar antes de enmarcar mi rostro y darme un beso en los labios, corto pero tan diferente a todos los anteriores besos. 

Era casi como si atesorara el simple roce. 

- ¿Quieres pasar? – Preguntó.
- No, vengo a hablar contigo un momento – Contesté separándome un poco, Junsu me miró y se masajeo la nuca antes de asentir.
-Si es sobre… La .. Ya sabes, lo siento si te asuste, fue egoísta de mi parte, lo siento, debí hacerlo más… Especial y… Mejorara, lo juro.
- No es como si yo me hubiera negado – Susurré, ambos sabíamos que no había tenido mucha elección, por parte de él o de mi corazón. La realidad es que no me arrepentía de perder mi virginidad con Junsu, a fin de cuentas había sido mi mejor amigo por años, era una… Adecuada despedida. 

- ¿Entonces no quieres hablar de eso? – Inquirió. 
- No, no quiero hablar de eso – Acepté respirando hondo, miré la casa a sus espaldas y luego a él – Junsu… Estoy rompiendo contigo.

(…)

Chnagmin manejaba un Honda Civic del 95, el cual amaba con una adoración que casi competía con la que sentía por Lara. Cuando se estaciono afuera de mi casa, sonreí al ver el color blanco del auto. Salí de la casa despidiéndome rápidamente y evadiendo las preguntas que seguramente mi mama ya estaba pensando y subí al asiento del copiloto. 

- Gracias por venir – Le dije a modo de saludo y él asintió sonriendo un poco.
- Sabes que no habría forma de que no lo hiciera, solo que un no entiendo por qué – Replicó mientras yo miraba por la ventana, a una cierta distancia ya, un jeep se estacionaba frente a mi casa. Por esa razón.

Junsu parecía otra persona los últimos días, no podía entender cualquiera de sus actos, pensé que cuando por fin fuera libre él estaría feliz, pero comenzaba a parecer un extraño de una droga que le ponía cada vez más furioso, durante la última semana, todos habían comentado su ceño fruncido sin ninguna razón aparente. 

No le había comentado a nadie más que a Lara sobre la noche que rompí mi relación con Junsu, esa noche me había sentido temerosa de su reacción. Y, un tanto poderosa, él no lo había aceptado del todo, no al instante, cuando le solté que estaba terminando algo cambió en su mirada como si escuchara algo imposible, parpadeó varias veces antes de sonreír negando. 

-Flasback-

-Es una broma – Dijo en voz baja, yo negué y le conteste furiosa porque no me tomaba en serio.
- Somos mejor como amigos, ¿no crees?, estaba equivocada, la verdad es que pensaba que te quería, pero no era real – Le expliqué y únicamente yo sabía cuánto me había dolido decir esa mentira.

Junsu me miró y comenzó a negar de nuevo con la cabeza. Me fui alejando de su porche mientras él parecía estar en shock, cuando levantó la vista había más de diez pasos entre nosotros.
-Es tarde, tengo que irme – Le dije antes de salir corriendo. Gritó mi nombre una y otra vez hasta que llegue a mi casa, sabía que los vecinos habían escuchado, pero pareció no importarle, pensé que sería capaz de seguirme, pero no lo hizo.

-Fin Flashback-

-¿Y bien? – Me preguntó Changmin devolviéndome al presente, me di cuenta de que ya estábamos en la escuela, me sonrojé al haber olvidado por completo que iba acompañada y lo mire apenada.
- Lo siento, estaba pensando en tonterías – Admití mientras él me miraba un momento, sus ojos negros parecían aguados, ávidos de información. 
- ¿Junsu y tu están peleados? – Preguntó y yo mire hacia los autos que empezaban a llegar al estacionamiento escolar. ¿No se había enterado de que rompimos ya?
- Algo así – Admití, sin querer hablar con Chanyeol de algo que aun escondía dolorosamente.
- Mira, si necesitas alejarte hasta que se le bajen los humos solo avísame, recoger a alguien me hace sentir importante – Bromeó y yo reí mientras bajábamos del auto.
- Apuesto que sentirías mucho más importancia si mañana recogiéramos ambos a Lara – Le propuse y él se acercó a mí y pasó su brazo por mis hombros.
- Inteligente y hermosa, espero que él lo sepa – Murmuró y yo desvíe la mirada tratando de recomponer la sonrisa, mire sobre mi hombro cuando Changmin bajó su mano a mi cintura e hizo un ruidito con la garganta, a unos pasos Junsu nos fulminaba con la mirada,
- Eso no era necesario – Le susurre a Changmin y él sonrió mirándome antes de alejarse un poco.
- Es cosa de chicos – Dijo al despedirse y perderse en el pasillo repleto de estudiantes.

No volví a ver ni siquiera de reojo a Junsu, mi corazón lo agradeció, pero mi cabeza no dejaba de pensar en él, en su mirada, en su voz llamándome esa noche, sonaba desesperado, lleno de temor. Moví la cabeza intentando despejarme, le dije a Lara que pasaríamos por ella al despedirnos a la salida de la escuela, ella comenzó a amenazar nuestra amistad mientras yo reía. 

Cuando llegue a casa mama me sonrió y me preguntó sobre el chico del auto blanco. Su entusiasmo terminó cuando mencione por tercera vez que estaba loquito por cierta chica rubia y rebelde. Sabía que mis papás estaban preocupados, esperando que yo me deprimiera después de que le dijera a la tía Alexis en su siguiente llamada que había terminado con Junsu. Ellos no podían entenderlo. Dolía, mucho, pero no de la forma que mi familia creía, dolía porque yo aún le quería, porque a pesar de todas sus mentiras no había un botón que te desenamorara de alguien, no era así de sencillo, recordaba los buenos momentos cuando menos lo esperaba, recordaba sus besos y sus manos por la noche, sintiéndome extraña, pero al tenerlo de frente únicamente lograba oír las mismas palabras: ‘…yo no la quiero’.

Al día siguiente, a propósito, tome el asiento trasero del auto de Changmin mientras Lara era obligada a no ser grosera e ir junto al conductor. Para mi sorpresa ellos permanecieron callados, a pesar de mis constantes intentos de plática, cuando llegamos a la escuela, nadie se movió. 

-  ¿Han oído hablar de la palabra tensión? – Pregunté saliendo del auto.

Ellos permanecieron donde estaban, antes de cerrar la puerta trasera volví a meter la cabeza y los miré.

-  Un consejo, digan exactamente lo que están pensando en este momento, el uno del otro, solo digan la verdad – Murmuré antes de cerrar, comencé a caminar y sonreí cuando me di cuenta que ninguno de los dos salía del auto.

Tuve que esperar hasta el almuerzo para ver a Lara en la entrada de la cafetería, restregándose las manos en el pantalón y mordiéndose el labio.

- Cuéntame – Le sonreí y ella gruñó.
- Esto es tu culpa – Dijo mirando hacia el pasillo.
- ¿Esperamos a alguien? – Pregunté divertida y ella me miró finalmente, en sus ojos había una vulnerabilidad poco vista.
- Invité a Changmin a almorzar con nosotras – Confesó mientras yo aplaudía emocionada sin poder evitarlo, ella rodeó los ojos y volvió a mirar hacia el pasillo.
- ¿Qué le dijiste? – Quise saber emocionada por ella, ojala Lara si pudiera tener su cuento de hadas.
- ¿En el auto?..Que me encantaban sus lentes…- Admitió entre dientes. Solté una carcajada.
- ¿Y él? – Seguí con el interrogatorio.
- Que amaba a Ramones – Susurró en voz baja-
Changmin llegó unos minutos después, con bandejas en mano nos sentamos en una de las mesas de la esquina, él se colocó al lado mío, frente a Lara. Sus miradas eran divertidas, entre la timidez, el cariño y la incertidumbre, no era como si se hubieran declarado o fueran amigos ni mucho menos novios, pero al menos habían dado un paso juntos…
Saqué la cámara de mi bolso sin poder evitarlo y enfoqué el perfil de Changmin, haciéndolo reír. Lara nos miró divertida antes de fruncir el ceño, al darme cuenta seguí su mirada solo para observar a Junsu a medio camino de nuestra mesa, parecía haberse quedado estático después de que tomara la foto, sin pensarlo me giré dándole la espalda y al final Lara exclamó un ‘se fue’ bajo y contundente, permitiéndome respirar de nuevo.

(...)


Volvimos a clases luego de que Changmin intentara saber que pasaba entre mi ‘novio’ y yo, sus preguntas cesaron cuando Lara le explicó que yo había terminado con él. Changmin frunció el ceño y se disculpó excusándose con el argumento de que no lo había escuchado por ningún lado. Me parecía extraño que nadie se hubiera dado cuenta, que nadie lo supiera, obviamente algunos en el almuerzo había comentado sobre la extraña actitud de Junsu, pero todos parecían confusos y molestos conmigo, como si hubiera hecho algo mal. 

Iba hacia mi última clase cuando él se presentó frente a mi, sin dejarme avanzar otro paso. Mire sus ojos mieles fugazmente, traté de esquivarlo pero tomó mi brazo suavemente, muy diferente a su mirada dura, casi violenta. 

- No te vayas – Pidió en voz baja cerrando los ojos y me alejé de sus agarre asintiendo.
- Junsu, yo no quiero hablar, no ahora, ni aquí – Susurré, no entendí por qué él no podía seguir con su vida, ya sin ninguna carga que soportar, por qué no me dejaba en paz, por qué me seguía recordando que era tan tonta como para seguir amándole.

- Necesito decirte… Muchas cosas – Argumentó él mientras yo negaba.
- No me interesan – Le respondí mientras él cerraba los ojos de nuevo, tensando su mandíbula- Llegaré tarde a mi clase – Dije después de unos segundos, se acercó un poco más, traspasando la distancia normal, sentí su respiración, olí su suave colonia deportiva.
- ¿Sales con ese idiota? – Preguntó ¿molesto? Suponía que el idiota era Changmin. No respondí.
- Necesito hablar contigo, no lo entiendo, ¡yo no quiero entenderlo!, tú no puedes simplemente alejarte, no puedes…- Susurró tomando mi rostro entre sus manos, mis ojos se llenaron de lágrimas que me esforcé por no derramar, su rostro se acercó un poco y el solo pensar en sus labios me tocaran era entrar al cielo para ser expulsada al infierno al segundo siguiente.

- Suéltame, por favor – Murmuré mientras él maldecía y se alejaba mirándome a unos pasos de distancia.
-Lo siento, yo…- Comenzó pero se calló y miró hacia el pasillo ya vacío y se giró alejándose con pasos largos.

No volvió a buscarme en el resto de la semana, apenas lo había visto a distancia, siempre serio y…triste, con sus amigos del equipo alrededor pero aun así un poco aparte. Lara decía que estaba confuso, que por primera vez él no había sido quien decidía y tomaba el control y eso era lo que lo tenía desconcertado, quería creer eso, tenía que hacerlo porque la otra idea que se formaba en mi cabeza era absurda.

(...)


El viernes en el almuerzo llegué mucho antes que Lara y Changmin así que esperé en el pasillo de la cafetería mientras varios alumnos pasaban a mi lado. Sapphire me miró al entrar y se rió de algo que les murmuró a sus pompones andantes. 

Minutos después mi estómago gruñía y los tórtolos no-novios, no aparecían. 

Oía voces acercarse y luego de la nada un golpe en la espalda y un líquido frío contra mi piel, grité sin poder evitarlo y me giré para ver a las porristas reírse mientras mi ropa seguía mojándose, otros se empezaron a juntar a nuestro alrededor riéndose de la estudiante con refresco encima, mis ojos comenzaron a picar, sabía que Daisy había sido la causante, eran sus clásicas bromas, pero hasta que escuché su voz cerca mientras me levantaba no estuve completamente segura. 

- Ni se te ocurra llorarle a tu noviecito, quizás te des cuenta que él no quiera decirme nada feo a mí – Por un momento pensé que se había hecho una idea errónea y se refería a Changmin, pero ella siguió - Junsu sólo está contigo por lástima, pero me encargaré de eso, tú tienes que estar con tus amigos extraños, ese cuatro ojos es perfecto para ti, no él – Terminó mientras yo la miraba, dolida y sorprendida a partes iguales.

¿Sapphire no sabía que habíamos terminado?, miré a los estudiantes reunidos alrededor luego a Lara que se acercaba siendo contenida por Changmin. ¿Nadie lo sabía?

Los murmullos cesaron cuando Junsu alejó a Sapphire de mí. 

-¡Lárgate, a ver si maduras un poco! – Le gruñó en voz baja mientras ella fruncía el ceño y se iba, todos comenzaron a dispersarse mientras él apartaba el cabello de mi cara – ¿Quieres que te lleve a tu casa? – Preguntó mirando mi blusa mojada y manchada. 
- Yo la llevo – Cortó Changmin mientras me alejaba de Junsu. Lara me tomó del brazo y dimos dos pasos más hasta que no pude evitar girarme, él seguía de pie mirándonos a la mitad del pasillo. 
- Deberías decirle que ya no somos nada, quizás así me deje en paz. 

Él no dijo nada y yo seguí caminando mientras me esforzaba por no volverme de nuevo y preguntarle ¿Por qué?, ¿Por qué no le había dicho a nadie que era libre?..

(...)
- ¡Lara, tu hermano llegó! – Gritó la madre de mi amiga desde la planta  baja, ella pegó un brinco de la cama al suelo y me miró con una enorme  sonrisa que pocos teníamos la dicha de observar. 
- Vamos, vamos – Me apresuró arrastrándome hacia las escaleras, me sentía  algo fuera de lugar, Jaejoong, el hermano de Lara, era cuatro años mayor  que nosotras, por lo cual aunque lo vi varias veces antes de que se  fuera a la universidad, no habíamos hablado mucho. Regresaba este fin de semana para el cumpleaños de su madre, un viaje rápido de solo tres  días. 

Quizás no me correspondía estar aquí para el encuentro familiar pero  después del chasco en la escuela, de la vergüenza y la rabia, solo  quería estar en un lugar seguro donde pudiera esconderme, la casa de mi  amiga había parecido perfecta. 

Lara y Changmin me habían llevado a mi casa, estaba sola al medio día así  que solo tomé un cambio de ropa y le dejé una nota a mamá. Bajé las escaleras detrás de mi amiga la cual abrazó a un hombre alto,  con el cabello rubio ceniza y los ojos oscuros, con una mirada tierna, le sonrió y despeino su  cabello alborotado antes de notarme. Jaejoong había cambiado desde la última vez que lo vi, parecía más alto y mucho más guapo también,  aunque él siempre había hecho honor al término ‘el hermano bueno de mi  mejor amiga’. 

- ¡Hey!  – Saludó sorprendiéndome un poco porque recordara
- Hola – Murmuré medio sonriendo, antes de fruncir el ceño a las cejas levantadas de cierta rubia. 
Me uní a la cena de festejo y miré a la señora Dawson partir el pastel, al final Lara dejó a sus padres en la sala y nos sacó hasta el porche  para platicar, o más bien a oír a Jaejoong sobre la experiencia  universitaria. 
- Suelta todos los detalles jugosos – Le pidió su hermana mientras él sonreía rodeando los ojos.
- ¿Crees que estoy loco?, sería darte ideas – Argumentó haciéndome reír,  él me miró cómplice. 
- Mas bien no quieres admitir que eres un tipo aburrido que no sale a  fiestas – Le gruñó su hermana mientras él reía.
- ¿Parezco aburrido? – Me preguntó juguetón y yo solo me encogí de hombros divertida. 
- He aprendido que no se puede juzgar a la gente solo por lo que puedes  ver – Le dije y él asintió mirándome un poco más atentamente. 
-Siempre supe que ella te ganaría en ser inteligente – Le bromeó a su hermana mientras mi amiga asentía totalmente de acuerdo.
Hablamos un poco más entre bromas y recuerdos mientras por un momento me olvidaba todo lo que había pasado en las últimas semanas, por un  momento mi pecho se volvía más ligero, era como estar en paz y poder bajar la guardia. 
- ¿Tienes novia? – Le preguntó Lara mientras él arqueaba una ceja.
- Hasta crees que responderé eso – Murmuró Jaejoong. 
- No te estoy diciendo que me digas si te acuestas con alguien, solo si  sales con alguien – Explicó su hermana haciendo que ambos nos  sonrojáramos a pesar de que ella siguiera  tan fresca como una lechuga. 
- ¿Cómo la soportas? – Me preguntó.
-Es parte de su encanto – Le respondí mientras él levantaba su puño y yo lo chocaba divertida.
A pesar de no querer irme, el cielo hacia mucho se había oscurecido. 
- Ya es muy tarde – Le dije a Lara mientras ella asentía algo descontenta porque era de que fuera a casa, la realidad es que hacía mucho que no me reía tanto. 
- ¿Te llevo a tu casa? – Preguntó Jaejoong mientras yo miraba a Lara. 
Si, era una cobarde pero él era atractivo y simpático y yo no me sentía bien, ellos veían solo la cáscara de mi, lo de adentro aún seguía recluido, herido e indefenso. Aún seguía queriendo a Junsu y odiándome por ello. 
- Perfecto, tú la llevas y yo le ayudo a mamá a recoger – Propuso Lara mientras yo la miraba con los ojos entrecerrados. 

Jaejoong condujo la Explorer hasta mi casa, los primeros minutos fueron en silencio más bien debido a mi timidez. 

- Y bien, ¿algo qué me cuentes sobre mi hermana?, algo que sirva como soborno e vendría bien – Dijo sonriendo. 
- Le gusta el editor del periódico de la escuela, es un chico muy simpático y a él también le gusta – Le dije, sintiéndome un poquito chismosa, bien, se lo merecía por mandarme a solas con su hermano, además no era como si ella pudiera negarlo, cada vez Changminl lograba acercarse más. 

En vez de burlarse, Jaejoong solo sonrió. 

- Me alegro – Murmuró mientras yo sonreí igual. 
- También yo – Le contesté.

De nuevo hubo un silencio de varios minutos. 

- ¿Y a ti te gusta alguien? – Preguntó mientras yo miraba por la ventana. 
- Si, pero para que sea algo bueno debe ser de dos, ¿o no? – Susurré sin girarme hacia él.
- Que lástima…por él – Dijo al fin haciéndome reír. 
- Un gran cumplido pero innecesario, no soy la reina de la escuela o algo así –Admití. 
- ¿Y a quién diablos le importa?, la verdad está en el mundo real, detrás de las porristas y los equipos de debate, todos solo somos personas, y tú eres una persona bella e interesante – Replicó Jaejoong antes de aparcar frente a mi casa. 

Lo miré creyendo cada una de sus palabras por un segundo, era imposible no creerle con esos ojos. 

- Gracias por traerme – Murmuré mientras él sonreía y me quitaba un mechón de cabello del rostro. 
- Espero verte de nuevo antes de irme, tal vez podríamos hablar más, cuando vivía aquí casi nunca lo hicimos – Explicó, pensaba en una respuesta justo antes de verlo fruncir el ceño. 
-¿Quién es? – Preguntó mirando hacia mi casa. Me giré deseando que no fuera quien pensaba. 

Junsu nos miraba a solo unos pasos de mi porche. No contesté a la pregunta de Jaejoong y el no insistió, el bajó de la camioneta y abrió mi puerta para ayudarme a hacer lo mismo. 

-Gracias – Murmuré de nuevo mientras él echaba otro vistazo hasta el chico malhumorado que nos observaba a cierta distancia. 
-¿No tendrás problemas? – Preguntó y yo sonreí sin humor, no más que los que ya había.
- No, no te preocupes, estoy en casa – Le susurré antes que él asintiera y subiera a la camioneta, alejándose lentamente como si aún no estuviera completamente convencido que fuera una buena idea dejarme a solas con Junsu.

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