sábado, 16 de mayo de 2015

[Seria] Dr. Shim Changmin

Autor: Luzy
Pareja: Changmin (Hetero)
Genero: Lime, Angst, Hospital.
Exención: Proceso..
Sumario: Cassie, es una chica que es asignada como interna en hospital junto al Dr. Changmin, quien a su vez, es su compañero de departamento. ¿Eso suena como una estrecha relación, cierto? La realidad es que Cassie es sometida bajo las ordenes estrictas del frío e inexpresivo doctor, lo cual tiene que liderar con su peculiar humor. ¿A donde depara ésto?

*Nota: Ésta trama tiene muchos años que la colgué en MetroFlog con la real pareja SasuSaku, he hecho una adaptación.



Me llamo Cassie y mañana sería mi primer día como interna en el Hospital más reconocido de Japón, estaba muy nerviosa pero a la vez optimista por lo que podía hacer ahí, salvar vidas es mi pasión y siempre doy lo mejor de mí en cada caso.
Tenía que encontrar un lugar donde vivir primero, y a unas pocas calles del Hospital arrendaban una habitación, no necesitaba nada más así que me dirigí esperanzada a aquella dirección, al llegar me encontré con una enorme casa, era muy linda así que decidí tocar el timbre.
     ¿Qué quieres? — Dijo una voz varonil por intermedio del altavoz. Me molestó un poco el tono de su voz, venía a arrendar la habitación ¿Y me hablaba así?, aún así me calmé 
— Vengo por la habitación
     Pasa —Interrumpió.
En ese momento el seguro de la puerta se abrió y entré con mis maletas, estaba frente a la puerta de la casa ahora, esperando que abriera la puerta.
Después de unos segundos la puerta se abrió y un hombre de cabello castaño desordenado, ojos cafés profundos que me miraban amenazantes y piel morena radiante apareció detrás, era muy guapo y no pude evitar sonrojarme.
     ¿Vas a entrar o piensas quedarte ahí?
Su trato me hizo cambiar mis expectativas de hombre guapo y bueno a uno sexy pero amargado.
     Claro — Tomé mis maletas que estaban muy pesadas, aún así no se dignaba a ayudarme.
Amargado e inculto.
Finalmente al ver que me demoraba tomó una de mis maletas y me guió a la habitación, era muy linda y amplia, ¡era perfecta!. Él solo me miraba.
     ¿Y? — Preguntó desanimado.
     Me quedo — Dije con una sonrisa.
     Ven — Él bufó y yo le seguí, me mostró el comedor, la cocina, los baños, todo estaba en completo orden y perfectamente limpio. Acordamos el precio de mi habitación, cobraba caro pero valía la pena. Me pasó copias de las llaves de la casa y se sentó en el sillón, tomó el control y empezó a ver televisión, yo en cambio fui a ordenar mis cosas, terminé luego de unos minutos y decidí salir a comprar algo para comer, no podía estar sacando cosas de su refrigerador para alimentarme, así que le llamé, no sabía su nombre ni tampoco me había presentado, así que le interrumpí captando su atención. 
     Eh… Mi nombre es Cassie, un gusto — Le dije amigablemente, él ni se inmutó y siguió viendo televisión. Su actitud hacia mí me estaba aborreciendo.
     Shim Changmin — Habló de repente, sin mirarme.
     Changmin ¿Podrías llevarme a una tienda? No conozco nada de aquí. — Él gruñó, apagó el televisor y se levantó pesadamente, tomó una chaqueta y abrió la puerta.
Eso significaba un sí.
Le seguí de inmediato, en el trayecto yo miraba los alrededores para memorizar las calles que debía tomar, siempre estuve tras de él, viendo su atractiva silueta.
Por fin nos detuvimos en un supermercado que no quedaba muy lejos de casa, yo entré tomé una canasta y empecé a comprar mientras él me seguía y miraba detalladamente lo que compraba.
Casi todo lo que llevaba era Light, tenía que cuidarme no es que tuviera gorda pero prefiero prevenir que lamentar. Pasé por la caja mientras él me esperaba en la salida con las manos en los bolsillos, para que decir que mujer que entraba quedaba viéndole embobada, algunas se atrevían a saludarlo pero él no les decía nada, otras sólo lo miraban sonrojadas y al parecer ese era mi caso, aunque con lo poco que lo conocía ya me irritaba su carácter.

Tomé las bolsas y me dirigí hacia la salida, él me siguió, iba tras de mí y su mirada me hacía estremecer, así que lo esperé y me fui todo el camino al lado suyo en completo silencio.
Ya estaba en casa y decidí preparar la cena, a pesar de todo él se había molestado en llevarme así que más podía hacer que prepararle de comer.
Changmin había ido a su habitación y eso hizo que me relajara un poco más ya que su presencia me hacía estar nerviosa y mis acciones eran un poco torpes.
Encontrar las cosas no fue tarea fácil pero con paciencia pude encontrar todo lo que necesitaba para tener una cena decente.

Por suerte era una buena cocinera que si no, no hubiera tenido que comprar algo, después de una hora un olor agradable provenía de la cocina. Coloqué la mesa, con decirles que los servicios que encontré eran de plata, no sé si se molestaría por que los sacara pero no había encontrado otros.
Cuando estaba en la cocina Changmin bajó y pude ver en su rostro un poco, sólo un poco de asombro por verme cocinar. Se acercó a mí y me rodeo con sus fuertes y varoniles brazos haciendo que inevitablemente me sonrojara como una tonta ya que él por la única razón que lo había hecho era para ver lo que había en la olla.
. . . 

Recorrí todo, absolutamente todo el Hospital, cada piso, cada pasillo, de repente veía a los nuevos internos con sus respectivos doctores y yo aquí esperando sin hacer nada, decidí volver a la sala, por suerte aún había llegado el doctor así que me senté aliviada en una silla, pocos minutos después la puerta se abrió y me encontré con unos ojos cafés que conocía desde ayer.

“Oh no…”
El doctor con el que tenía que pasar todo el tiempo era… Changmin; El Doctor Changmin.

Definitivamente esto no era una grata sorpresa para mí, ¿Por qué tenía que ser justo él?. Él se quedó mirándome mientras yo asimilaba lo que me estaba pasando. ¿No podía ser tan malo después de todo verdad?
Reaccioné cuando me tiró una bolsa de color celeste, claro que no logré atajarla y me dio justo en la cara, iba a reclamarle pero ya se había marchado. Revisé la bolsa y en ella encontré ropa, un tipo de uniforme del mismo color de la bolsa que consistía en un pantalón y una bata, debía cambiarme y así lo hice, busqué mi locker y como no había nadie me cambié en ese mismo lugar, guardé mis cosas y me dediqué a buscarlo por el Hospital, por suerte lo encontré frente a informaciones revisando unos papeles, de seguro eran los pacientes que iba a atender el día de hoy, una sonrisa apareció en mi rostro, estaba realmente emocionada y decidí olvidar lo que me había hecho unos minutos atrás. Llegue hasta él.
     Buenos días, esper..    
—   Primera regla — Interrumpió mirándome fijamente — No me hables, ya te odio.  
     ¿Qué? — Exclamé en un tono alto. 
     Segunda regla, cuando yo hable no me interrumpas y no me respondas con un grito — Me miraba imponente. Alcé una ceja, no creía lo que me decía, ¿Era una broma verdad? 
      Tercera — Se fue caminando por el pasillo, yo me quedé ahí, entonces volteó y me miró con frialdad — Cuando yo me mueva tú también.
¡Esperen un momento! Lo conocía, vivía con él. Bueno no lo conozco pero podría tratarme un poco mejor, ¿Tenía algún problema conmigo?
Entonces decidí seguirle, corrí tras de él ya que se había alejado bastante de mi, caminé a su lado.
— Cuarta..
—  ¿Qué? ¿Hay más?
—  Si te mando a alguna parte debes obedecerme, así que… tráeme un café.
¿Qué? ¿Acaso creía que era su empleada? no, ¡Yo trabajo aquí! Soy su ayudante, no soy su sirvienta, ¿Qué se cree? . Yo seguía a su lado, claro que no iba a ir a traerle un café.
     ¿Qué esperas? — Dijo molesto. Hablaba en serio. Su tono de voz me hizo correr a la cafetería. Era un amargado, frío, prepotente, irónico pero también endemoniadamente sexy.
Suspiré pesadamente mientras esperaba el café para el Dr. Amargado. Ya tenía el café así que se lo llevé, él lo tomó y ni siquiera me dio las gracias. Lo que más me irritaba era que no podía decirle absolutamente nada, no podía responderle, eran las reglas y tenía que cumplirlas.


Él caminó hasta una amplia pizarra, era un horario, donde se encontraban la hora y paciente al que iban a operar, todo estaba perfectamente calculado además de lleno, tendríamos un arduo y complicado día.
Me fije muy bien en la pizarra y pude ver que Changmin tenía que asistir a la mayoría de las operaciones, eso me emocionaba de alguna forma por que podría entrar con él y ayudarle.
— Vamos — Dijo de repente, yo le seguí de inmediato. Entramos a la zona de emergencias, donde había una gran cantidad de heridos, no era mi primera vez en un Hospital, así que no tendría ningún problema.
     ¡Dr. Shim! — Llamó una enfermera. Changmin se dirigió hacia ella, pude ver a un hombre envuelto en sangre, estaba desmayado.     Un accidente de tránsito- Mencionó él, la enfermera asintió 
— Llévenlo con cuidado, consta de varias fracturas en su cuerpo, brazos y piernas, además de lesiones pero de menos gravedad, inyéctenle calmantes cuando despierte.La enfermera se llevó a aquel hombre, yo estaba atónita, él sólo lo había visto y sólo con eso pudo dar un diagnóstico completo. ¡Es genial!
     Changmin — Le llamé. 
     Doctor Shim — Corrigió. Engreído. 
     Doctor Shim — Dije con un tono irónico, él me fulminó con la mirada — Na-nada.

Iba a decirle que era genial, pero su actitud me hizo cambiar de opinión a último momento.
Lo siguieron llamando, en verdad confiaban mucho en sus diagnósticos, pero él no me dejaba hablar, no dejaba que yo diese mi diagnóstico, al parecer no creía que fuese buena en esto, pero no por nada estoy aquí y le demostraría que valgo, que soy buena, ¡Que no sirvo sólo para traerle un café!
Lo llamaron de nuevo, yo corrí ganándole el paciente, esta vez sería yo la que hiciera algo. Era una mujer embarazada. Tomé su pulso y el del bebé.
—  Mujer embarazada con ocho meses de gestación, tiene leves heridas en su cuerpo pero el bebé sigue con pulso, así que llévenla luego a la sala de partos su bebé nacerá dentro de poco por el impacto que sufrió- — Las enfermeras me miraron incrédulas — ¡Vayan! — Les grité.
Se fueron corriendo, yo las miré hasta que las perdí de vista, Dr. Amargado me miraba con una sonrisa en el rostro.
 — Bien — Susurró de repente. 
¿Era mi primera… felicitación?

Nuestra mañana siguió así, pero ahora tenía un poco más de confianza en mi.

Estaba agotada y solo llevaba cinco horas, pero por fin había llegado la hora del almuerzo y tendría algunos minutos para descansar, así que preferí pasar por algo liviano y me fui a acostar a las camas de turnos.
Me lancé contra la cama haciendo que se moviera violentamente, era un gran sacrificio salvar gente y sobre todo con él…
Después alguien abrió la puerta, era Junsu, se acostó en la cama que estaba a mi lado, se veía agotado también.
     ¡Qué día! — Dijo el peli negro. 
     Si supieras lo que es estar con el Dr. Amargado. 
     ¿Con quién?   
     El Dr. Shim Changmin — Dije irónicamente soltando un suspiro 
     Pues a mí me ha ido bien con el Dr. Gregory, aunque igual no le entiendo mucho —Dijo soltando una leve risa 
     Pues mi problema es él, ¡Incluso me mandó a buscarle un café! 
     Tendrás que soportarlo por un buen tiempo más. 
     Así veo Murmuré resignadaLa puerta se abrió nuevamente.
     Taeyeon… ¿También te ha tocado un día difícil? 
     No, so-solo pensé que estarían aquí.     Tienes suerte. 
     ¿Por qué? Si todas las internas envidian tu puesto 
     ¿Qué?     En todo el Hospital, las internas te envidian por estar con el Dr. Shim 
     Es porque no lo conocen — Me fijé que su nerviosismo se había ido por completo y como Junsu estaba ahí preferí dejarlos solos, me levanté y abrí la puerta. 
     ¿A dónde vas? — Preguntó Tae. 
     A encontrarme con el Dr. Amargado — Dije sin ganas — Tiene una operación en unos minutos y quiero estar ahí para ayudarle —Mentí — ¡Adiós!


No fue una gran sorpresa ver a Dr. Amargado en medio, si en el supermercado había pasado, era inevitable que no sucediera aquí, en todo caso él no parecía muy feliz con todas esas mujeres a su alrededor más bien, estaba enojado.

Una Doctora de pelo rojizo era la más atrevida, tuvo el valor de abrazarlo y él trataba de quitársela de encima pero ella lo apegaba más a él. ¿Cómo no podía ver que su presencia le molestaba?, ¿Como podía abrazar a mi Dr. Amargado?, mi doctor, bueno estaba muy enojada y hablaba tonterías, porque son tonterías ¿Verdad?
Me hice camino entre sus admiradoras lo tomé del brazo y despegué a ese chicle de él llevándomelo. Todas me sulfuraron con miradas asesinas, sobre todo aquella pelirroja.
—  Lo siento pero el Dr. Shim tiene una operación muy importante que realizar.

Ellas solo nos quedaron mirando pero se mantuvieron ahí, me habían creído, entonces lo solté.
Él siguió en silencio, ya estaba conociendo un poco más de él así que ya había eliminado la posibilidad de escuchar un gracias de su parte.

Mi día pasó con mucha lentitud a pesar de todo seguía siendo igual de serio y me mandaba por sus famosos cafecitos, al parecer disfrutaba hacerme rabiar, disfrutaba que yo le mirara amenazante, en verdad era una persona muy misteriosa y que decirles de las operaciones, ¡No me dejó entrar a ninguna!, ¿É por qué? No tengo ni la menor idea, sólo me dejó fuera y punto, pero por lo menos podía ver desde fuera, incluso pude ver que me miraba, fue solo un momento y me dio rabia porque en sus ojos pude notar diversión.
Por fin mi primer día de trabajo había terminado y era hora de irme a casa, ¡Por fin! Pero ahora que recordaba vivía con él, me maldije, es que la suerte no me acompaña.

Me despedí de Junsu y Taeyeon, para subir al ascensor y suspiré. El ascensor se detuvo en el 3er piso, se abrieron las puertas y entró él; mi peor pesadilla, con un vaso de café en las manos y una sonrisa que decía “Soy el mejor”, este no era mi día.
Yo le ignoré, no le miré, no le hablé, ¡Absolutamente no quería nada con él!
Se me aparecía en todas partes, ya estaba pensando que tenía un hermano gemelo o algo así es que era muy extraño todo esto. Llegamos al primer piso “Que alivio” pensé.
Me dispuse a salir lo más rápido posible de ahí, definitivamente no quería ir junto a él en todo el trayecto a casa, pero su mano me detuvo.
     Caminemos juntos, no muerdo — Dijo irónicamente.     Pero con esa mirada parece que sí —Le respondí, ya había terminado mi trabajo así que ahora podía decirle lo que se me ocurriese, me deshice de su agarre y decidí tomar otro camino para llegar a casa. Pero cuando ya había caminado varias cuadras me vi totalmente desorientada, seguí caminando pero sin resultado alguno.Lo único que me faltaba…
Me detuve en una plaza, me senté en uno de los bancos y traté de recordar las calles pero no había caso, estaba perdida. “Ahora sería bueno encontrármelo” pensé. Una mano en mi hombro me asustó.
     ¿Changmin? — Interpelé de pronto, no necesitaba girarme, pues sí, sí era él. 
     Vamos  — Dijo empezando a caminar. Estaba totalmente avergonzada.     Eres una molestia — Expresó cuando llegué a su lado. 
     Gracias… — Susurré, a pesar de todo no era tan frío como pensé.

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