jueves, 10 de julio de 2014

Instructor Cap. Final

Capitulo Final.



Mi instructor no ha aparecido desde aquel día, mi madre está preocupada, piensa que yo lo eche como lo había hecho anteriormente. Si ella supiera… mi vida sigue vacía como era antes de conocerlo, aun que ahora sigo practicando piano, solo para recordarlo a él, no puedo evitar llorar cada vez que me siento en el banquillo del piano, trato de imaginar que Yunho está conmigo, escuchando cada nota que interpreto para él o para su recuerdo, creo que no lo volveré a ver… aun así mi corazón no pierde las esperanzas, espero que vuelva algún día, observar su rostro nuevamente, su sonrisa…

Desde algunos días presiento que algo ocurrirá en mi vida, algo nuevo.

Camino rumbo al centro, como ya no tengo instructor y practico solo, tengo más tiempo libre para mi, voy a la tienda a comprar partituras nuevas para seguir mejorando, y así algún día mostrarle a mi instructor cuanto he mejorado, al entrar a la tienda, siento una atmosfera extraña, como la primera vez que estuve cerca de la muerte. Me acerco lentamente al mostrador, nunca antes había estado en esta tienda, siempre pasaba por fuera, pero nunca me había atrevido a entrar, el joven que atendía estaba de espaldas a mí, subido a una escalera, ordenando unos instrumentos, lo observo por algunos instantes… mi corazón se acelera sin motivo alguno, poniéndome nervioso.

— Disculpe… — El joven baja de las escaleras lentamente, sin darme la cara aún — Este… ¿Tiene partituras nivel A? — pregunto un poco dudoso 
— ¿Nivel A? Yo tenía entendido que tú estabas en nivel C… - Dice girando y mirándome directamente a los ojos, mi corazón se acelero aun más de lo que ya estaba. ¡Era él! Mi querido instructor… me sonríe nuevamente, opacando mis dudas y temores de soledad.
— ¡Hyung! — Es lo único que sale de mi boca ante la sorpresa
— ¿Como estas Junsu-ssi?
— ¿Hyung, porque me abandono?… usted lo era todo para mí — Lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos, bajando por mis mejillas ruborizadas
— Perdóname, no supe qué hacer ante tu confesión, me asuste y huí… no pude reaccionar de otra manera, tenía la esperanza de que volvieras a mi algún día, sabía que si me encontrabas, era porque nuestro destino es estar juntos
— Eso significa que usted…
— Si Junsu-ah, yo también estoy enamorado de ti, en este tiempo que estuvimos distanciados, me di cuenta de mis reales sentimientos hacia ti
— Hyung… — Trato de abrazarlo pero el mostrador se interpone entre los dos, el sonríe divertido al verme maldecir al mostrador. Ver su sonrisa nuevamente me hace feliz, esta vez me está sonriendo a mí de verdad, no por un simple hecho de cordialidad ni amistad, sigue tan hermoso como siempre, solo han pasado algunas semanas desde aquel incidente en mi casa, pero para mí fueron siglos sin verlo, ahora está parado frente a mí, con una hermosa sonrisa en su rostro, el destino juega a mi favor nuevamente. Me acerco y lo abrazo fuertemente, creo que estos días que estuvimos alejados nunca ocurrieron realmente, todo fue una pesadilla, y ahora despierto y estoy en sus brazos perdiéndome en su cuerpo, mezclándome con su aroma, embriagándome nuevamente.
— Te extrañe — Susurra dulcemente, haciéndome suspirar al saber que su amor me corresponde, ahora si la felicidad es absoluta
— ¿A qué hora cierra? — Lo miro directamente a los ojos, perdiéndome en su inmensidad
— ¿Que tienes en mente? — Su tono sonó burlesco, malicioso, haciéndome ruborizar entendiéndolo como una propuesta
— Solo le pregunte a qué hora cerraba — Me puse nervioso al ver esa mirada de malicia en su rostro, una infinidad de cosas morbosas pasaron por mi mente
- Eres tan lindo cuando te ruborizas ¿Quieres ir a mi departamento? No queda muy lejos de aquí — Era imposible rehusarme a su invitación, me era imposible decirle que no
— Si — Mi rostro ya estaba rojo nuevamente, no podía controlarlo, aun que me alegraba saber que a él le gustaba que se pusiera así
— Vamos entonces.

Aun no oscurecía, no era muy tarde, no creo que a mis padres le interese si llego o no. Caminamos en silencio, lo observo de vez en cuando, me parece un sueño el estar con él nuevamente, nuestras miradas se cruzan y él me sonríe haciéndome ruborizar

— ¿Porque estas tan callado? — Dice él al detenernos en una esquina
— Por nada en especial — Respondo mirando el suelo.
Se coloca al frente mío y me toma por las caderas acercándome a su cuerpo repentinamente chocando mi cara contra su mejilla, me alejo unos centímetros de él, un tanto sorprendido, con suavidad toma mi rostro y lo acaricia tiernamente, para luego entregarme un dulce beso en los labios que me deja helado y a la vez mas enamorado.
— Sigamos  — Dice el cruzando la calle alegremente.
Yo lo sigo en silencio, creo que cualquier frase esta de mas en estos momentos, caminamos pocas cuadras, el a mi lado, siempre sonriéndome dulcemente, haciéndome suspirar.
— Ya llegamos — Dice repentinamente, deteniéndose frente a uno de los tantos edificios que habían alrededor — Entremos.

Camina adelante y abre la puerta del edificio, yo entro después de él, veo como saluda al encargado y luego caminamos hasta el asesor, presiona el botón con uno de sus largos dedos y luego me mira y se ríe, como insinuándose, menos mal que solo subimos 3 pisos, un segundo más dentro del asesor junto a él y me vuelvo loco. Camina lentamente hasta la puerta del que es su apartamento, 36, grabo el numero en mi mente, al igual que lo ocurrido antes de que llegáramos hasta aquí.

—Pasa — Dice el ya dentro del departamento — Junsu no seas tímido.
Lentamente ingreso al departamento, de inmediato siento su aroma impregnado en cada rincón, sin querer fijo mi vista en uno de los sillones, sobre el había ropa interior, aparto la vista ruborizado; haciéndome el tonto, él se da cuenta de la situación y se acerca al sillón para tomar lo que había en el…
— Lo siento, no tengo mucho tiempo para ordenar, toma asiento por favor
— Gracias — Me siento en uno de los sillones mirándolo a él, veo como se acerca sensualmente hacia mí, se sienta a mi lado pasando uno de sus brazos por encima mío para así recargarme en su hombro.
Un largo rato estamos así, yo aprovecho para abrazarlo por la cintura, levanto la cabeza y el acerca su rostro al mío, besándome. Cierro los ojos para dejarme llevar por el, su lengua se introduce juguetonamente dentro de mi boca buscando la mía, siento como mi corazón se comienza a acelerar, me acerco más hacia el acariciando su rostro suavemente, deslizando mi mano hasta su larga cabellera, él me abrazaba acercándome más hacia él, siento como lentamente desliza una de sus manos por sobre mi playera, sentía como mi cuerpo con cada caricia comenzaba a arder, su mano siguió su recorrido hasta llegar a mi entrepierna, haciéndome gemir de placer.
— ¿Quieres que… siga? — Pregunta susurrando sobre mis labios ya rojos por sus besos. Lo dudo unos segundos, esta iba a ser mi primera vez…
— Junsu-ssi si no estás seguro..
— Si, continuemos… — Respondo enseguida, la idea de desperdiciar un momento como este junto a él me estremeció
— Bien.

Juguetonamente me despojo de mi chaqueta y de la playera, dejando mi torso al desnudo, se relamía los labios al verme de esa forma, no dejaba de contemplarme y de morder su labio inferior, como ideando algo perverso. Yo me acerco hasta él y coloco mis manos en su cintura levantando su camisa para acariciar su vientre y besarlo, el comienza a desabrochar su camisa para quedar con el torso desnudo al igual que yo, se deshace de ella dejándola en el suelo, luego se acerca a mis labios y los mordisquea con placer, sigue hacia mi cuello, dejando un rastro de besos ardientes por mi rostro, mis manos están fijas en el sillón, no quiero entrometerme y estropear todo, él se da cuenta de mi nerviosismo y decide ir directo a mi entrepierna, baja lentamente por mi pecho, besando y mordisqueando cada vez que se detenía en algún lugar, hábilmente me despoja de mis pantalones, dejándome en ropa interior con un notorio bulto que lo hace asombrarse y sonreír, comienza a pasar su mano por sobre él, haciéndome gemir de placer; un placer inexplicable para mis sentidos. Cada beso y caricia que me daba, me provocaban sensaciones distintas.

Termina de quitarme la única prenda que me cubría, sonríe perversamente y se acerca hasta mi entrepierna para tomar mi miembro ya erguido por tanto placer, comienza a acariciarlo y besarlo, desatando en mi un sin fin de sensaciones, haciéndome gemir con cada beso y mordisqueo que daba, como todo inexperto no aguanto más de unos segundos de tantas caricias y me vengo en la boca de mi amado Yunho, dejándolo contento y a la vez mas excitado.

— Quiero penetrarte, quiero sentir que somos uno tu y yo — Susurra suavemente en mi oído, haciéndome temblar y excitarme aun mas.

Toma mis manos y las lleva hasta el borde de su pantalón para desabrocharlo, torpemente lo desabotono, él me besa tratando de calmar mi nerviosismo, haciéndome sentir más seguro. Termino por bajar sus pantalones y ropa interior, dejando toda su anatomía al desnudo, él me recuesta sobre el sillón dejándome observándome todo, mientras yo lo observo desde abajo toda su escultural cuerpo, anonádame con ello. Si esto es uno de mis locos sueños, no quiero despertar nunca. Comienza a besar mi cuello haciéndome gemir, comienzo a gemir mas sensual y provocador tratando de excitarlo, bajó hasta mi torso y lo acarició con más pasión aun, él me acomoda de tal forma que quedo de espaldas a él, haciéndome saber que quería hacerlo y que quiere que nos unamos. Lentamente se acomoda sobre mi, un gemido mezcla de placer y dolor escapan de mis labios, asustándome y él lo nota.

— Continua… por favor… — Susurro entre gemidos.

Acaricia con besos mi espalda, tratando de aminorar el dolor que sentía, lentamente nuestros movimientos comenzaron a armonizarse, excitándonos, llenándonos de placer, las sacudidas comenzaban a aumentar su intensidad cada vez más, ambos gemíamos con verdadero placer… todo esto era una experiencia maravillosa, me estaba entregando al ser que amaba más que a mi propia vida, al final de unos minutos ambos terminábamos totalmente llenos éxtasi. Me recosté sobre el sillón agotado y cubierto de sudor, Yunho me acomodo sobre si pecho acariciándome dulcemente. No sé cuanto rato me abre quedado dormido pero cuando abro los ojos, veo a mi instructor sentado a mi lado, acariciando mi cabello y observándome dormir, al verme despertar me saluda besando mis labios con suavidad.

— Ya es tarde… tus padres deben estar preocupados — Dice mientras yo vuelvo a apoyarme en su pecho
— No creo que les importe si no llego — Acaricio su torso, comprobando que realmente el está conmigo, que esto no es un sueño
— A mi me importa, no quiero que te regañen
— Está bien, me voy con una condición
— ¿Quieres hacerlo de nuevo? — Dice él en un tono malicioso
— No, como dice eso — El rubor vuelve a cubrir mis mejillas — No es eso, quiero que vuelva a ser mi instructor
— Ahh, era eso… — Su voz se torna seria, dejándome asustado — Si vuelvo a ser tu instructor seré más estricto que antes, no creas que porque ahora tenemos una relación voy a ser más condescendiente contigo
— No se preocupe, con tal de que vuelva a mi lado soy capaz de subir a nivel A en un mes
— ¿A si? Lo veremos, ahora vístete antes de que me tiente de nuevo
— B-Bien
— Mañana iré a ver a tu madre para dejar todo arreglado
— Hyung… — Me acerco y lo abrazo, haciéndole notar mi felicidad al saber que estaremos juntos nuevamente
— Dime Yunho, Junsu-ssi, no me digas Hyung, ahora somos pareja me tienes que tratar como igual
— Lo siento, es que lo hago por respeto y admiración
— Bueno pero ahora me dirás Yunho ¿De acuerdo?
— Si
— Ahora vamos que te dejo en el ascensor, no quiero que te retrases más.

Caminamos lentamente hasta las puertas del ascensor, él se acerca a mi lado y me abraza antes de subir. Cuanto lo amo, ojala no tuviéramos que separarnos nunca, beso sus labios con ternura, apretando mas su cuerpo al mío, el detiene el beso, haciéndome subir al ascensor, se despide de mi con una sonrisa, que termina de adornar este extraño pero lindo día.

Al llegar a mi casa, mis padres no se encuentran, habían ido al teatro a ver no se qué obra, subo a mi cuarto y me tiro sobre la cama a pensar en el, toda mi ropa tiene su aroma, mi cuerpo está impregnado en su esencia, me hace revivir el momento que pasamos juntos; mi primera vez, con el ser que más amo.

...

—  Junsu-ssi, hoy tendré una reunión en casa, así que quiero que vistas con ese traje azul tan bonito que te compro tu padre, además interpretaras algunas piezas de piano
— Si madre…
— ¿Tu instructor viene hoy no? Mh… no importa, si es así que se quede, aprovechare el momento y lo presentare a mis amistades, ahora sube a cambiarte de ropa que ya están por llegar
Subo lentamente las escaleras, como odio esas reuniones de mi madre, solo se dedican a hablar de temas incoherentes… "hoy mi marido me llevo de compras y adivinen que… miren…", "oh… ¡es precioso!" ," Sí, ojala el mío me comprara uno igual…" blah, blah.. puras estupideces, de viejas que aparentan ser felices y no lo son realmente, ojala no tengan hijos como mi madre, y si los tienen deben ser igual o peores que yo.

Mientras estoy en mi cuarto cambiándome, siento que tocan el timbre, mi corazón se acelera haciéndome saber que Yunho está aquí. Termino de ponerme la corbata y bajo a toda velocidad, era él, venia vestido formalmente, mi madre debe haberle avisado sobre su reunión. Lo miro y le sonrió, el me hace una reverencia de cortesía y me guiña un ojo poniéndome nervioso.

— Llega temprano Sr. Jung — Dice mi madre un poco sospechosa
— Quiero preparar algunas partituras, para que su hijo las interprete en su reunión — Dice el sonriente
— ¡Ah!, que bueno.. pase por favor, espero que tengan todo listo cuando lleguen mis amistades
— no se preocupe… Junsu, sígueme
— Sí…

Mi madre se va a la cocina a terminar algunos bocadillos, dejándome a solas con Yunho, luego de verla desparecer por la puerta de la cocina, me lanzo en sus brazos, alcanzando sus labios, el me abraza y me presiona mas contra su cuerpo intensificando el beso, los pasos de mi madre hacen que nos separemos por algunos centímetros, solo mi rostro sonrojado me delata, pero mi madre no sospecha nada. Yunho sonríe pícaramente mientras me indica que tome asiento en el banquillo del piano, mi madre se sienta en uno de los sillones que están a mi espalda, Yunho se acomoda sobre el piano, de su portafolio saca unas partituras nuevas, yo lo miro asustado, el solo me sonríe.

— Espere, ¡Estas son partituras nuevas de nivel A! — digo asustado al tomarlas entre mis manos
— Lo se…
— ¿¡Quiere que las interprete hoy!?
— Si…
— Pero… no puedo hacerlo… no sin antes haberlas memorizado — Digo bajando la vista y observando las teclas del piano, él se sienta a mi lado y toma una de mis manos, mi madre no ve nada, además está pendiente de la puerta, así que tampoco nota nada
— Yo se que puedes, has mejorado considerablemente, puedes tocar lo que sea, solo si te lo propones y das lo mejor de ti, además, si lo haces… te daré un premio — Su mano se desliza hasta mi entrepierna, dándome a entender de que se podría tratar aquel premio

Acepto tocar las partituras, no porque mi madre tenga una reunión o quiera lucirme, quiero el premio de Yunho. Acomodo las hojas sobre el piano y comienzo torpemente a tocar, Yunho se vuelve a acomodar sobre el piano, cierra sus ojos… me encanta cuando hace eso, siento que atreves de la música se vuelve uno conmigo, trato de concentrarme, pero al ver a mi instructor mordiendo su labio inferior sensualmente pierdo el control.

- ¡Junsu! — Dice mi madre alterada — Espero que no toques así cuando mis amistades estén aquí
— Señora no se preocupe — Dice Yunho calmadamente — Su hijo lo hará bien — Me sonríe y guiña un ojo
— Mas le vale, no quiero que me deje en vergüenza nuevamente — Se levanta y va a las escaleras, siento que sube, tal vez fue a su cuarto a arreglarse o que se yo…
— Junsu concéntrate
— Lo siento, es que lo vi y… — Se acerca y besa mis labios suavemente
— Toca… — Susurra sobre mis labios antes de apartase.

Respiro profundo y comienzo a tocar.

El timbre de la casa suena y mi madre corre a abrir, siento como grita saludando a sus amigas, que aburrimiento, si no estuviera Yunho aquí conmigo, me sentiría muy mal, ni siquiera estaría sentado en el piano, mi madre hace pasar a sus amigas hasta la sala, en donde nos encontrábamos con mi instructor, se los presenta alegremente elogiándolo como niño prodigo y demases. Sus amigas quedan anonadadas ante él, su atractivo las deslumbra y más de alguna le sonríe coquetamente, haciéndome enfurecer.

— ¡Ejem! — Digo tratando de hacerme notar, Yunho solo me mira y me sonríe — Madre cuando usted quiera comienzo
— Es cierto chicas, mi hijo interpretara una nueva pieza que estuvo practicando hoy, solo para esta reunión, o sea para ustedes, por favor Junsu, toca.

Miro a mi instructor, él asiente dándome la confianza que necesito para comenzar a tocar, tomo mi lugar en el piano y comienzo mi interpretación, mientras toco, cierro los ojos, tratando de imaginar la figura de Yunho, intentando descubrir lo que tanto me fascina de él, lo observo detalladamente en mi mente; sus ojos son los más profundos y expresivos que jamás haya mirado antes, sus labios son el dulce manjar que jamás imagine que iba a probar, su rostro perfilado, ni los mejores escritores han podido describir con tal perfección un rostro como el de él, estoy enamorado y soy correspondido, no hay un hombre más feliz en el mundo que yo. Al terminar de interpretar la pieza, mi instructor se me acerca con lagrimas en los ojos, asustado lo observo, el solo se agacha y besa mi mejilla.

— Perfecto… — Susurra cerca de mi oído.

Al observar a las amigas de mi madre, también las noto emocionadas, mi madre esta sin habla, es la primera vez que la veo así… me mira conmovida y con ternura, cosa que nunca antes había hecho.

— Junsu-ssi, estuviste magnifico — Dice mi madre sonriente, sus amigas comienzan a hablar sobre mi, no les tomo atención, solo miro a Yunho que está a mi lado con su mano sobre mi hombro
— Le dije que no la iba a decepcionar señora — Dice el orgulloso de mi.

Jamás pensé que la música pudiera expresar tanto con tan poco, Yunho pide permiso para retirarse y mi madre no pone resistencia alguna, yo lo miro angustiado, el me guiña un ojo y me indica que lo siga, me levanto del banquillo del piano dispuesto a seguirlo

— ¿A dónde vas Junsu? — Interroga mi madre
— Mh… voy a dejar a mi instructor, necesito hablar con él sobre algunas lecciones
— Esta bien, no te demores — dice ella y continua conversando sobre lo maravilloso que toco el piano y cosas así.

Llego al lado de Yunho y el solo me mira, salimos de la casa juntos, caminamos algunas cuadras sin rumbo fijo, noto que está nervioso, es la primera vez que lo veo así.

— ¿A donde vamos? — Pregunto, un poco cansado de tanto caminar
— Mh… no lo se ¿Quieres ir a algún lugar en especial? — Pregunta en un tono insinuador
— Quiero ir a donde pueda cobrar mi premio, ¿Creo que me lo gane o no? — Digo siguiéndole el juego
— Sígueme entonces.

Sin darme cuenta habíamos caminado hasta el apartamento de Yunho, caminamos por un rumbo distinto a las veces pasadas, por eso no reconocí el entorno, entramos al edificio, esta vez subimos por las escaleras, ya que el ascensor estaba descompuesto, “por suerte”, llegamos hasta su puerta, y él la abrió sin apuro alguno, me sonrío pícaramente antes de entrar, yo lo imite cerrando la puerta detrás de mi, Yunho camino sensualmente hasta el sillón, mientras lo observaba pensaba que habíamos sido cómplices de muchos momentos juntos, si pudiera hablar en estos momentos, diría cuanto nos amamos él y yo.

— ¿No vas a cobrar tu premio? — Dice relamiéndose los labios sensualmente, extendiendo sus brazos para que yo me acerque. Camino hasta quedar frente a él lentamente desliza sus manos por mi torso llegando al borde de mi pantalón
— Te vez muy bien con este traje, aun que… te prefiero sin nada — Su sonrisa maliciosa, me da a entender cuáles son sus intenciones.
Desabrocha con suavidad mi pantalón, despojándome de él completamente, sube mi camisa y acaricia mi vientre con besos fogosos comenzándome a excitar, mis manos acarician su rostro con ternura, o dios ¡cuanto lo amo y lo necesito! mi vida está completa, con él en ella, sin él… no soy nada. Con un cuidado casi paternal, baja mi ropa interior dejando mi virilidad expuesta ante él, suavemente lo toma entre sus manos y lo introduce en su boca, un gemido de placer escapa de mis labios, haciendo que sus caricias aumenten al mismo tiempo que mis gemidos lo hacen.

— Hyung… ah… ah… que buen… premio… ah… ah…

Un grito lascivo anuncio el orgasmo, viniéndome en la boca de mi instructor, dejándolo complacido, lentamente caí sobre sus brazos, buscando sus labios para también saborearlos, el terminó de desnudarme para luego ayudarme a desnudarlo a él.

Fue una larga y placentera noche para ambos, nuestros cuerpos cubiertos de sudor yacían sobre el sillón, yo apoyado sobre mi pecho, dormía placenteramente, sintiendo como mi corazón lentamente se calmaba.

Esa noche no llegue a dormir a mi casa, al otro día no tenia clases, así que mis padres no notaron mi ausencia, me sentía muy bien en casa de Yunho, era la primera vez que me quedaba, cuando desperté en la mañana, el no estaba a mi lado, sobre la mesa había una nota.

 “Fui a comprar para que desayunemos, te amo mi pequeño aprendiz”

"Mi pequeño aprendiz…" es la primera vez que me llamaba así, me levante feliz, ordeno un poco el desorden que dejamos anoche, inspecciono su departamento y en especial su cuarto. "Es muy ordenado" pienso al entrar en el, me recuesto sobre su cama imaginando como dormirá plácidamente en ella, pasan un par de horas y el aun no regresa, siento como mi corazón se aprieta repentinamente.

El timbre del departamento comienza a sonar, corro a abrir la puerta con la esperanza de que sea él y que se le hayan olvidado las llaves, cuando abro era el conserje del edificio, su cara no me da buena señal.

— Disculpe, acaban de llamar del hospital para avisar que el señor Jung sufrió un accidente y se encuentra internado de urgencia.

Mi rostro se torna pálido, el conserje me da la dirección del hospital y yo salgo rápidamente rumbo a el, en el taxi miles de pensamientos llegaron a mi mente, perturbándome… desesperándome aun mas, no puede morir, no ahora que somos felices juntos, no ahora que encontré lo que hacía falta en mi vida, no ahora que lo necesito a mi lado más que nunca, sin él… ¡no soy nada!

...

Ya han pasado 7 años desde que él se fue de mi lado, hoy es su aniversario, en todo este tiempo nunca he podido olvidarlo, jamás volveré a encontrar a alguien como él, ni ahora, ni nunca. Manejo rumbo al cementerio, es un día gris, como todos los 4 de julio, desde aquel día que nunca más sale el sol en este día, el cielo aun esta triste, aun que no debería, ya que gano otra estrella, la más bella de todas… se que él desde el cielo me contempla, me ilumina con su luz,
Nada es como antes… aun permanecen frescos los recuerdos de aquel funesto día.

[Flash Back]

Bajo del taxi apurado, corro hasta la recepción, trato de tranquilizarme para que la enfermera me entienda, me indica el piso 2, urgencias, subo por las escaleras, no tengo tiempo de esperar el ascensor, al llegar, me encuentro con la que sería su ex novia y al parecer su madre y padre, me acerco a ellos un tanto dudoso, ellos al verme me reconocen, la madre me abraza llorando, el padre solo me mira desconsolado.

— Gracias por venir, nuestro hijo te aprecia mucho — Decía su madre entre sollozos
— ¿Ustedes saben quién soy? — Pregunto no entendiendo mucho la situación
— ¿Tu eres el aprendiz de mi hijo no?¿Kim Junsu? — Interroga el padre
— Si… es que no sabía que él les había hablado de mi…
— Siempre nos hablo de ti, él está muy orgulloso de ser tu instructor.

Veo como un medico se acerca al padre, este llama a todos los presentes.

— ¿¡Mi hijo, como esta!? — Interroga la madre. El médico toma aire antes de hablar, una punzada atraviesa mi pecho, sospechando lo peor 
— Lo siento, su hijo esta grave, no le veo esperanzas
— ¿¡Como!? ¡No puede ser! — El padre se tomaba la cabeza preocupado
— Fue un accidente muy grave, tiene todos sus órganos rotos, se está desangrando por dentro, le quedan muy pocas horas de vida, no hay nada que podamos hacer, solo encomendar su alma en Dios… lo siento
— ¿¡Podemos verlo!? — Pregunto alterado
— No es recomendable, pero está bien… uno a la vez, y traten de no alterarlo más de la cuenta
— Si doctor… — La madre se deshacía en llantos al igual que la ex novia
— Ahora me retiro, con su permiso — Se va rumbo al ascensor
— Entremos primero mujer — Dice el padre mirando a su esposa
— No tengo el valor de verlo, no puedo… — Decía la madre llorando
— Por favor, tienes que despedirte de el… sé que es duro de asumir, por favor no lo hagas mas difícil…
— Señora … — Digo acercándome a ella — Se que a él le hará feliz verla y despedirse, sé que es difícil, para mí también lo es, entre por favor…
— Gracias, eres un buen niño, por eso mi hijo te quiere tanto, vamos…

Los dos se dirigen rumbo al cuarto donde se encuentra él, yo me quedo a solas con la ex, que no para de llorar, la encuentro cínica, no merece estar aquí, la miro con odio mientras me paseo de un lado para otro en el pasillo.

— Quédate quieto, me pones más nerviosa de lo que ya estoy — Decía ella mientras se mordía los dedos
— ¿Qué haces aquí? — Pregunto en un tono seco, poniéndome de pie frente a ella
— Es mi deber estar aquí ¿Qué te crees mocoso?
— ¡Tu que te crees! ¿¡A caso piensas que no se lo que ocurrió entre tú y él!?
— No sabes nada, ¡cállate!
— Nunca mereciste a un hombre como Yunho, siempre pensé que eras poca cosa para él… y él tiempo me dio la razón
— ¡Cállate mocoso! ¡Déjame tranquila!

Los padres venían de vuelta llorando a mares, destruyendo aun mas mi corazón.

— Quiere verte… — Dijo la madre dirigiéndose a mi — es lo único que quiere…
— Ve por favor… — Decía el padre en un tono suplicante
— Esta bien…

Camino lentamente hasta su cuarto, sintiendo como se apretaba cada vez mas mi corazón… entro y lo veo recostado enzima de una camilla, pálido, conectado a una infinidad de maquinas.

— Susu — Susurra con sus dulces labios, ya secos por tanto aparato.

Me acerco lentamente hasta el lado de su cama, las lagrimas comienzan a brotar de mis ojos sin poder evitarlo, verlo así, saber que no va a estar a mi lado nunca más, amarlo con toda mi alma y saber que no es suficiente como para curarlo y hacer que se quede a mi lado, son algunos de los miles de pensamientos que pasan por mi mente.

— Perdóname… — Susurra suavemente, tomando mi mano apoyada sobre la cama
— No diga nada por favor, guarde sus fuerzas, no las gaste conmigo …
— No digas eso, sabes que eres la persona que más amo en este mundo, para quien más guardare mis fuerzas si no que para ti, para decirte cuanto te amo y cuanto te necesito en estos momentos, lo arruine todo…
— No fue su culpa…
— Debí haberme quedado acostado a tu lado esta mañana… sino, no estaríamos en esta situación
— Hyung… — Lo abrazo recostando mi cabeza sobre su pecho
— Ya te dije que me llamaras Yunho nunca cambiaras, mi pequeño aprendiz… — Acaricia con ternura mi cabello, haciéndome sentir protegido una vez más… — No quiero que dejes de tocar…
— Pero… ¿¡Como podre seguir si usted ya no estará a mi lado!? — Lo miro a la cara, ese rostro que me deslumbro alguna vez, ahora se estaba apagando
— Hazlo por mí, toca como lo hiciste ayer, tu alma se vio reflejada en cada nota que interpretabas, llegaste a límites que jamás espere que llegaras, tocaste con un sentimiento inigualable, no dejes de hacerlo, es mas… te prometo que cada vez que toques, yo desde aquel lugar en donde este, te estaré escuchando, sintiendo, amando… tal y como lo he hecho desde siempre
— Yunho, ¿porque? Quédate a mi lado, si tu mueres yo moriré contigo
— Cada vez que toques yo estaré vivo, no aquí, frente a ti… si no que aquí, en tu corazón
— Te amo, como jamás volveré a amar a alguien, siempre serás el único para mi
— Lo sé, yo también te amo, algún día estaremos juntos nuevamente, te lo prometo.

Toma mi rosto y lo acerca al suyo, entregándome su último beso, el beso de despedida más amargo y dulce que jamás me van a dar nuevamente, nuestras lagrimas se entremezclan con el beso, el acerca más su rostro intensificando el ya apasionado beso, siento pasos, pero no les doy importancia, ya nada me importa si él no estará más aquí conmigo, él todo no es nada… el detiene el beso, se le terminaba el aire, acaricia mi rostro, mirándome dulcemente, nunca podre olvidar esa mirada que me dio, es la última mirada de amor que he visto.

No solo murió el en ese hospital, también murió mi alma, mis esperanzas, mi vida.

Después de que yo entre, la ex novia entro, quizá de que hablaron, ella no estuvo mucho tiempo junto a él, salió llorando, mirándome con odio.

Las últimas horas fueron dolorosas, todos estuvimos presentes en su muerte, el así lo quiso… sujeto mi mano hasta el último momento, despidiéndose de mí con su sonrisa, dejándome destrozado, abandonado, a merced de una vida nefasta, llena de mentiras.

Mis padres nunca dijeron nada sobre lo que paso, asistieron solo por cortesía a su entierro, como los odie ese día.

[End Flash Back]

Acabo de llegar al cementerio, estaciono el auto y bajo con cuidado un ramo de flores, es un día realmente gris, al llegar a su tumba veo que ya está limpia, los padres deben haber venido en la mañana, acomodo las flores en los jarrones y luego me siento en el suelo, mirando la tumba.

— Siete años, si que ha pasado tiempo, como sabrás ahora me dedique a ser instructor… al igual que tu, perdón, que usted, nunca llegare a ser tan bueno instruyendo, pero quizá aprenda de mis estudiantes, como usted aprendió de mi, quiero que sepa que aun no lo olvido, que sigue estando presente en mi corazón y en mi mente, aun lo amo, tal cual como cuando tenía 16 años, ojala pronto nos veamos, es lo que más anhelo en mi vida, ver de nuevo ese rostro, esos ojos, esos labios, esa sonrisa; esa sonrisa que me cautivo, que me enamoro. No tengo novio ni novia, obviamente no me he casado, no siento ganas de hacerlo tampoco, como se lo prometí aquel día, sigo tocando el piano y tal como usted me lo prometió, siento su presencia, sobretodo cada vez que interpreto esas partituras que toque para las amistades de mi madre, las mismas que me aprendí en unas horas solo por complacerlo, y ganar mi premio claro … fuimos felices juntos, eso es lo único que me da ganas de seguir viviendo, recordar esos momentos junto a usted, ¡ah! la tienda sigue bien, todos mis estudiantes la visitan con frecuencia, es el único recuerdo material que me queda, ya que el piano sigue en la casa de mis padres, y como usted sabrá ya no vivo con ellos… ojala estuviera aquí a mi lado, lo necesito tanto… — Lagrimas comienzan a brotar de mis ojos — Lo siento, no puedo evitar llorar cada vez que vengo, es un mal habito, bueno… ya no lo aburro mas con mi platica, usted debe verme siempre y eso es lo único que me consuela saber que siempre estará a mi lado, como mi protector, nos veremos en otra ocasión, te amo Yunho, adiós.

Camino lentamente hasta el auto, terminando así un largo día, lleno de recuerdos dolorosos y otros no tanto, solo sé que él es el amor de mi vida y que nunca más encontrare a otro instructor como el… nunca más.

Fin.



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